También la oferta para poder hospedarse en una bodega con un estilo más rural es el emprendimiento "El Rincón del Moro" perteneciente al grupo Viñas de Segisa, la bodega boutique ubicada en calle Aberastain y 15, La Rinconada, Pocito .
Allí el turista puede alojarse en cabañas construidas en estilo rústico rural y distenderse en un amplio espacio verde a la sombra de árboles antiguos de gran porte con una vista imponente al oeste que son las sierras de Zonda. Cuanta con piscina y juegos para niños. En el lugar el visitante y la familia podrán acceder a los viñedos y huerta orgánica que se construye en el lugar con el objetivo de no solo brindar un servicio a los clientes que se hospeden sino a otros visitantes que vienen a la bodega y a los contingentes escolares que la visiten todo el año.
Viñas de Segisa es una bodega que desde 1999 viene trabajando en la elaboración de vinos en su establecimiento boutique sino que ofrece al turista el recorrido de la elaboración del vino con degustaciones dirigidas. Actualmente recibe a más de 8 mil personas al año concentradas en el verano, Semana Santa y vacaciones de invierno. El perfil del turista es un 90 % argentino y el resto extranjero.El Rincón del Moro es un proyecto familiar que va año año ampliando sus instalaciones con un gran esfuerzo económico en la manutención y ampliación de su oferta.
En estos momentos hay otros emprendimientos enoturísticos con hospedaje y gastronomía que han comenzado a desarrollarse en la provincia en zonas claves como Valle de Pedernal, Calingasta e Iglesia y esto es importante porque aumenta la oferta sanjuanina.
Incluso si nos referimos a las bodegas que en San Juan han desarrollado con "sobriedad y muy buen criterio la atención del visitante en sus recorridos y degustaciones, son estas un número escaso para el potencial turístico que hay en todos los valles de la provincia. Necesitamos más bodegas abiertas. Más lugares donde se hable, se tome y se pueda comprar vino. El ensamble que el enoturismo hace con la vitivinicultura, la gastronomía, la cultura y la hotelería, parece ser una de las salidas más eficientes para elevar el consumo del vino. Si se bebe más vino, también habrá más comerciantes, industriales y productores. Y de eso se trata. Volver a recuperar una vitivinicultura rentable y sustentable en el tiempo.