En sus redes sociales y en su página web, la empresa farmacéutica MSD (Merck Sharp and Dohme) publica el eslogan "Inventamos, desarrollamos y ofrecemos soluciones con un solo propósito: salvar y mejorar vidas". Para la familia de Rafael Muñoz, el sanjuanino de 6 años que atraviesa una dura enfermedad y que necesita de un medicamento que está en manos de la compañía, ese postulado está muy lejos de ser verdad. Según expresó Andrés, padre del chico, "es obvio y evidente que no quieren entregarle el remedio a mi hijo", ya que entiende que hay intereses, más allá de la salud, que están detrás de la negativa de la compañía. El enojo de la familia tiene sustento en que la Justicia, a través de una medida cautelar, le ordenó a la firma que brinde el remedio, pero, después de un mes, no han tenido respuesta. Incluso, ante la negativa, la Justicia le aplicó una multa diaria y los padres de Rafael radicaron una denuncia por incumplimiento de una orden judicial.
El caso de Rafael fue publicado por este medio a principio de mes, luego de que la Cámara de Apelaciones de Mendoza revirtiera una sentencia de la Justicia Federal local y diera curso a una medida cautelar, en la que le ordenó a MSD y a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) que en cinco días hábiles "realicen los actos pertinentes tendientes a autorizar el acceso del menor al medicamento". La resolución no es menor, ya que se trata de un remedio (Sotatercep) que no está habilitada su comercialización, pero que ha demostrado resultados positivos para atacar la enfermedad del menor. El medicamento sirve para tratar la hipertensión arterial pulmonar (HAP), enfermedad poco frecuente y grave que produce insuficiencia cardíaca y una esperanza de vida reducida. A Rafael le diagnosticaron HAP cuando tenía dos años y medio y una médica del Hospital Garraham, junto con el Comité de Ética, le indicó a la familia que el sotatercep es el único remedio que existe que podría ayudarlo. Tras el fallo, la ANMAT autorizó a que el medicamento ingrese al país, pero la farmacéutica puso trabas, al punto que busca llevar la causa ante la Corte Suprema.
Según consta en la causa, MSD ha expresado que no puede cumplir con la orden porque la central de MSD, en Estados Unidos, "está obligada a cumplir con las leyes y regulaciones aplicables de ese país, que le impiden exportar a Argentina la droga experimental". Además, indicaron que la firma en Argentina "no tiene en su poder cantidad física de la droga con la que eventualmente pudiera cumplir con la medida cautelar", mientras que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU (FDA) "no autoriza la exportación de un producto no autorizado por fuera del marco de un estudio clínico en curso".
Sobre ese planteo, Andrés se mostró molesto al indicar que, "hace dos días, la FDA nos dio una aprobación preliminar, la que se ha presentado como prueba. Pero, un día después de esa aprobación, la FDA le indicó que Merck se comunicó y dijo que no van a proveer la medicación, por lo que esa preautorización no es válida". En esa línea, dijo que "no quieren entregar el remedio por una cuestión simple, con sus ensayos se están asegurando que la droga dé resultados en todos los pacientes a quienes se la administran. A ellos no les sirve si mi hijo toma el remedio y le pasa algo. No les es conveniente tener un caso por fuera de las pruebas que están haciendo".
Además, aseguró que el medicamento está en el país, ya que "se están haciendo pruebas con adultos en distintas provincias".
Postura
"Esto lo hago público para que todos entiendan el caso y sepan cómo proceden este tipo de empresas. Dicen que están para salvar vidas, pero lo primero que les importa es la cuestión monetaria", expresó molesto Andrés Muñoz, papá de Rafael.