En una nueva muestra de sensatez los países de la Unión Europea (UE) lograron un acuerdo que les permitirá implementar el anhelado paquete financiero denominado "fondo de reconstrucción” de 750.000 millones de euros que tendrán como objetivo ayudar a los países miembros más golpeados en sus economías por la pandemia del Covid-19.
Hay que tener en cuenta que el acuerdo se alcanzó después de una dura negociación entre países que estaban a favor de la ayuda y otros que se oponían al considerar que se veía afectado su Estado de Derecho, entre ellos Hungría y Polonia. Con una interpretación diferente de la norma, ambos países se pusieron a tono con el resto de las naciones europeas permitiendo el acuerdo que dará fondos al bloque hasta el año 2027.
En esta negociación hay dos aspectos a destacar, por una parte la intervención de Alemania, a través de su canciller Angela Merkel para que se lograra el acuerdo sin que los países tengan que transgredir el Estado de Derecho que les permite garantizar el respeto a la independencia judicial, la libertad de prensa y el respeto a las minorías, entre otros derechos básicos que ostentan las naciones europeas.
El otro aspecto, tal vez de mayor trascendencia es el destino que se le dará a los 750.000 millones de euros, que estarán orientados a reconstruir las economías más afectadas por la pandemia. El propósito de quienes impulsaron esta iniciativa es la de inyectar fondos que sean destinados exclusivamente a la producción, como una forma de activar la economía y de generar fuentes de trabajo, ante el gran número de personas que han perdido sus empleos a consecuencia de la recesión que ha provocado la propagación del virus.
Los máximos líderes de la UE consideran que con esta herramienta financiera se podrá iniciar una etapa de reconstrucción de las economías de los países de la región.
Entre los estados más beneficiados con los fondos a distribuir se considera que España e Italia podrán contrarrestar la difícil situación económica a la que se enfrentan, al asignar parte de estos recursos a la producción y a la recuperación del turismo, una de las actividades más afectadas por la pandemia en estos países en los que la actividad constituye una importante fuente de ingresos.
Sin duda, uno de los aspectos más destacables es la filosofía con la que se ha creado este fondo de recuperación, que apunta exclusivamente a promover la producción, algo que está muy distante de la ayuda social o del asistencialismo al que se ven tentados cuando se cuenta con fondos en esas cantidades.
