La Sala Títeres en Serio (TeS) se prepara para recibir una nueva edición del Festival Nacional de Títeres, que organizan desde hace tres años. En esta ocasión llegarán cinco elencos de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza para encontrarse con los niños y las familias sanjuaninas con interesantes propuestas (todas Sala TeS-Juan B. Justo Sur 335- a las 18hs, $1.200, promos familiares, por eventbrite.com.ar). DIARIO DE CUYO conversó con los titiriteros participantes de este encuentro para saber de qué manera siguen planteando su labor ante la insoslayable presencia de la tecnología, el bombardeo de videos, televisión por streaming y los juegos en línea.
Isadora Plateroti, de Saltimbanquis (CABA), Ariel Bottor de El Rey Sifón de Villas de las Rosas (Córdoba), Silvina Falco, Títeres del azulejo, Mendoza, Guillermo Troncoso, Mendoza y Laura Ferro, de Chachakün (Córdoba) reflexionaron sobre el escenario actual, y los cinco coincidieron en que los títeres son un lenguaje único e irremplazable. Que a veces y dependiendo dónde sea la función, puede variar la atención, pero que en general la magia del retablo y los muñecos permanece intacta, según los artistas consultados.
"Más allá de las pantallas, las infancias siempre son infancias y disfrutan de la magia del vivo. Los títeres tienen la belleza del vínculo en tiempo presente. De los relatos, los diálogos, la impronta de los personajes. La posibilidad de formar parte de una historia. Eso con un celular, por más interacción que haya, no sucede" opinó Isadora Plateroti, que trae su unipersonal Al diablo con el pan, lo hicimos trabajar, que aborda el individualismo.
Para Guillermo Troncoso, de Mendoza, los "títeres siempre sorprenden" y como hecho artístico, "es único e irrepetible, es algo que los chicos no pueden volver atrás, no se pueden ver nuevamente las escenas, sino que eso que acontece no se vuelve a repetir. Entonces, ese hecho vivo tiene mucha importancia y a lo cual los chicos justamente no están acostumbrados. Así que los títeres, por más que exista la tecnología u otros aparatos, nunca va a desaparecer" aportó el artista que trae "La niña del cerro", con un fuerte mensaje de la identidad y raíces cuyanas.
En el mismo sentido, Laura Ferro resalta las cualidades del aquí y ahora de las funciones y le quita importancia al efecto de las pantallas. "El arte de los títeres y del teatro es algo que ni siquiera compite con las pantallas, es otro lenguaje. Y bueno, se disfruta muchísimo el vivo. Es una única experiencia que pasa en ese momento, con esa titiritera o titiritero, el público en ese lugar; no se va a repetir nunca más. Tampoco les podés hacer zapping a los títeres. Bueno, los chicos ya no saben ni lo que es el zapping, porque es antiguo", sostuvo la cordobesa. Ante este panorama, insistió: "No, las pantallas para mí no son competencia, son otra cosa. Inclusive yo me tengo que nutrir de lo que están viendo, de lo que están escuchando, qué dibujitos ven, qué youtuber siguen, porque también lo mecho, por ahí hago un chiste y lo nombro para empatizar" afirmó Ferro.
"Tenemos que poder darles la oportunidad de transitar otros tiempos de la escena, poder contarles las historias desde otros puntos de vista que no se ven en el cine o en la televisión" Ariel Bottor, titiritero
"Vienen muy empapados en un ritmo que tiene que ver mucho con la imagen rápida o el videoclip, las películas de las grandes productoras como Disney o lo que ven en Netflix; tenemos que tener en cuenta que ese público tiene acceso a todos esos materiales de la producción cultural mundial. Nosotros le imprimimos un ritmo muy sostenido, y en la trama y la dramaturgia pensamos mucho para que los chicos estén atentos, también con el despliegue escenográfico, el color y la música" comentó Ariel Bottor, titiritero porteño radicado en Villa de las Rosas, un pueblo de Traslasierra (Cba.), que tiene -cuenta orgulloso- "la mayor cantidad de titiriteros per cápita del país", porque hay 16 mil habitantes y un colectivo de titiriteros que reúne a 9 artistas y 5 compañías.
"Creo que la sobreestimulación afecta la atención de los niños; pero cuando el trabajo está bien cuidado, con una buena estética, una plástica definida, una buena música que acompaña, un relato que está cuidado, con buen ritmo, estas cosas hacen que el espectáculo funcione" consideró, por su parte, Silvina Falcó, del grupo mendocino Títeres del azulejo, que presentará una pieza que tiene mucha música y poesía, con títeres de guante, de boca movible, de varilla; "que tiene un buen ritmo, tiene mucha participación del público, bueno, todos esos ingredientes, algunos efectos especiales".
Aun reconociendo este escenario global y frenético, Bottor reivindica la oportunidad de ofrecer historias contadas a otro ritmo y temáticas que no son habituales en esos productos culturales masivos."Tenemos que poder darles la oportunidad de transitar otros tiempos de la escena, contarles las historias desde otros puntos de vista que no se ven en el cine o en la televisión; pensar cómo se pueden tocar también temáticas que no están en las pantallas que ven habitualmente. Eso sería como ampliar el abanico de posibilidades que tienen las personas, no sólo los niños, de ver y vivenciar otras experiencias", apuntó el artista que trae una pieza con títeres de gran tamaño, que pone el acento en el respeto a la naturaleza y denuncia las intervenciones en los tiempos naturales, para conseguir mayores réditos económicos.
Para prueba, bien valen cinco elencos y el convencimiento de que con el siglo XXI bien marchando, con streaming, juegos, videos, youtubers, influencers e inteligencia artificial acechando, los títeres gozan de buena salud.
El investigatopo

Elenco: Chachakün (Córdoba)
Fechas: 9, 10 y 11 de julio.
Dirección: Miguel Oyarzún Perez
Técnica: Títere de guante
Sinopsis: Una gallina criada en un gallinero comercial, ayudada por la buena suerte, logra escapar "de la prisión". Nuestra heroína tiene la oportunidad de realizar el sueño de su vida: "poner un huevo en libertad" y criar a su pollito a campo traviesa. La historia se complica cuando aparece un hambriento zorro que hurta el preciado huevito. Inspirada en la obra de Jorge Roo y Alberto Cebreiro "Robo en el gallinero".
Al diablo con el pan, lo hicimos trabajar

Fechas: 12, 13 y 14 de julio
Compañía: Saltimbanquis (CABA)
Titiritera: Isadora Plateroti, Música en vivo: Rocío Soledad Britos (voz, guitarra y violín).
Técnica: Títeres gigantes, de mesa, marote, boca guante y objetos.
Sinopsis: Pedro el panadero es un personaje trabajador, generoso y simpático dispuesto a compartir con sus vecinos el pan que amasa todos los días con mucho amor. Llega a la panadería el Diablo Pablo, ser egoísta, vanidoso y ambicioso que querrá obtener todo el pan para él.
La niña del cerro

Fechas: 15, 16 y 17 de julio
Elenco: Guillermo Troncoso (Mendoza)
Horario: 18hs
Público. Todo público. Especialmente desde 5 años.
Sinopsis: La Brunita, una niña que junto a su familia regresan a su ranchito después de haber trabajado en la cosecha de la uva, siembran maíz, arreglan el rancho caído por el viento, en esa tierra en donde vivieron sus abuelos y tatarabuelos.
La niña del cerro cuenta una bella historia cuyana con mucha identidad, mucho humor y gran ternura entre cuecas, zambas y gatos.
Historia de un rey (que quería volar)

Fecha: 18,19,20 de julio
Elenco: Títeres del Azulejo. (Mendoza)
Autora, realizadora, directora e intérprete: Silvina Falco
Técnicas: Títeres de guante, de varillas y de boca movible. Música: Conciertos Brandemburgueses de J.S. Bach.
Sinopsis: Cuenta lo que le ocurrió al tirano monarca Don Pancho quien, en un mal día, prohíbe volar. Mariposa desobedece (volar es su naturaleza) entonces es encerrada. Sólo podrá salvarla un acto de amor. En esta obra, los títeres instan al público a participar de la construcción del relato.
La sombrera

Fecha: 21, 22, 23 de julio
Elenco: Rey Sifón (Villa de las Rosas, Córdoba)
Técnica: títeres bocones con varilla.
Sinopsis: La sombrera es un maravilloso árbol que crece en el bosque de Gulubú. No sólo da sombra, sino también sombreros. Lo cuidan Simón, su abuela Teresa y los vecinos. Un día llega el malvado señor Platini, quien se apropia del árbol con la intención de hacerlo producir más sombreros para venderlos. Basada en el cuento "Capitulo 128", de María E. Walsh (del libro Cuentopos de Gulubú).
