El expediatra del Hospital Garrahan Ricardo Russo, que fue sentenciado el pasado 6 de noviembre a 10 años de prisión por pedofilia, habló por primera vez desde la cárcel de Ezeiza y aseguró que se está aferrando "a la vida y a la inocencia" para poder seguir adelante.

En diálogo con Clarín, el hombre que fue encontrado culpable de la distribución, tenencia y producción de pornografía infantil, y que recibió inhabilitación perpetua para ejercer la medicina, se mostró desafiante y aseguró que con su detención "la medicina perdió a uno de sus mejores hombres".

Refiriéndose a sí mismo dijo: "Hay un conocedor menos en la ciudad, en el país y en el mundo, que puede colaborar en terapias para el tratamiento de la enfermedad . Una lástima para la sociedad. ¿No? La medicina perdió a uno de sus mejores hombres. Me llaman colegas y pacientes por el coronavirus pero también por otras cuestiones médicas, porque soy un profesional que se ha formado en distintas áreas de la medicina, no sólo en reumatología. Por la decisión arbitraria de un juez, no puedo ejercer la medicina, pero nadie me priva de poder aconsejar o dar mi opinión".

Russo contó que, frente a las excepciones decretadas recientemente por la Cámara de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires, podría pedir prisión domiciliaria porque está condenado en primera instancia y se encuentra con prisión preventiva. "El Código Procesal dice que hasta no tener la sentencia firme tendría que estar en libertad", afirmó, y agregó: "Tengo un tumor por ahora benigno en el esófago, una escoliosis dorsal y secuelas pulmonares por una tuberculosis".

El hombre, condenado por el Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas N° 6 a cargo de Gonzalo Rúa, comparó su causa con el coronavirus y señaló: "Cuando la Justicia muere, uno se ve en el desierto, enfrentado con la impotencia y la absoluta soledad. Me siento huérfano, indefenso. Pero así como apareció el coronavirus y cambió el mundo, tengo esperanza en el mañana, en el que habrá algo mejor para mí. Así como tengo la esperanza de que este virus desaparezca y no haya más muertos, en lo personal tengo la esperanza de irme a mi casa".

A su vez, el pediatra reveló que escribió un libro con "su verdad" para defender su nombre. "Tengo abundante material reunido sobre cómo se desarrolló el juicio, junto a escritos recientes sobre cómo llegué adonde llegué… Todo será parte de un libro. Ahora estoy buscando una editorial, ya tengo contacto con dos", adelantó el detenido. Y aseguró que en esas páginas realizó un descargo, que le interesa que se sepa "a nivel nacional y mundial". "Mi prestigio fue afectado a nivel planetario", señaló.

En todo momento, el expediatra acusó al diario Clarín de haber sido el responsable de su causa y su condena. "A mí, Ricardo Russo, no me juzgaron todavía, juzgaron a una construcción mediática y Clarín tuvo mucho que ver a partir de las mentiras que publicó", lanzó en el mismo diario.

"Por ejemplo, que a mí me trasladarían a la cárcel de Senillosa (Neuquén), o que mi mujer me había abandonado y que ya no me visitaba, cuando en realidad tiene asistencia perfecta al penal, o que yo abusé de niños en el Hospital Garrahan, o que yo filmaba a niños produciendo videos sexuales. Todo fue un invento que me afectó muchísimo, porque todos tienen esa imagen monstruosa de mí", detalló

Respecto a la intervención de Susana Ciruzzi, la abogada que representó al hospital pediátrico y que pidió 13 años de prisión y también la inhabilitación de su actividad para toda la vida, el médico inhabilitado consideró: "El hospital Garrahan, donde trabajé tantos años y fui el jefe de inmunología y reumatología me suspendió invocando al diario Clarín. Y aquí donde me encuentro me dicen ‘pero Clarín dijo que vos hiciste esto, lo otro’, ¿entiende? Fue mala praxis lo que hizo".

Su descargo sobre la causa

"Los delitos que a mí se me atribuyen y que se pudieron comprobar son excarcelables", admitió Russo en referencia a tenencia y difusión de material que refleja abuso de menores. Y aseguró que los delitos de producción y distribución de material pornográfico infantil, que sí son condenables con prisión, "nunca existieron".

El expediatra afirmó que actualmente está preso "porque se inventaron esos delitos. Y una vez que estalló la bomba mediática, no hubo manera de pararla, no había manera de volver atrás".

El exjefe de inmunología y reumatología del Garrahan explicó qué hacía ese material en su computadora. "La tenencia del material no fue a sabiendas, ya que yo pensaba que lo tiraba a la basura de mi computadora y la distribución no fue dolosa, sino que se trató de un programa (eMule) que lo hacía automáticamente, y que yo desconocía", alegó.

En relación a la producción de material pornográfico con menores, Russo aseguró que "fue un invento que se fue convirtiendo en una posverdad, o sea, una verdad modificada y falsa que compró la sociedad".

Para el expediatra hubo varias personas que se beneficiaron con su condena: "La persona que tomó mi lugar en el Hospital Garrahan, el que no me soportaba en mi trabajo, gente del Poder Judicial, el periodismo, que vendió mucho más… y la lista sigue".