Con una sonrisa enorme y los brazos en alto, así se mostró Edgardo Jonathan Albornoz en la cima de las Sierras Azules, en Zonda. Hace tres meses se planteó un objetivo y este domingo logró cumplirlo. Con mucha emoción contó a DIARIO DE CUYO cómo fue llevar a cabo esa travesía, con una prótesis en su pierna.
En el 2015, Edgardo sufrió un accidente que le dejó una grave herida en su pierna y que luego de varias cirugías y tratamientos, tuvo que amputarla en el 2017. "Me pudieron salvar la rodilla pero el tobillo no y por eso decidí que me amputaran la pierna", resaltó.
Trabajaba en el Servicio Penitenciario Provincial y desde ese momento, todo cambió. "Estuve durante mucho tiempo deprimido pero en el 2018 cuando me colocaron la prótesis me dediqué plenamente al deporte", expresó el joven de 27 años.
Según el penitenciario, en su mente sólo permanecía la idea de superación. "Empecé a hacer mountain bike, luego boxeo, pesas y trekking. Me resta poder trotar", dijo con anhelo.
Hace tres meses comenzó a planear el ascenso a las sierras y hace dos días llegó a la cima. Con el apoyo de su familia y amigos, entrenó física y mentalmente para poder realizar la travesía. "Después de todo lo que viví siento que el deporte tiene otro significado", resaltó y agregó que la costumbre de su abuelo de llevarlo a ese lugar le dio la idea de escalar.
También contó que con la pandemia sufrió el aislamiento y por eso tenía la necesidad de subir la montaña antes que termine el año. Con agua, un botiquín y comida, Edgardo comenzó el ascenso a las 5.20 de la madrugada y llegó al pico a las 8.45, junto con dos hermanos, un primo y un amigo.
La emoción al llegar a la cima se reflejó en su rostro y la experiencia que vivió le dio una nueva lección: "Ser inspiración y ejemplo a seguir de otros". "Tuve 11 cirugías y pude trepar hasta lo máximo. Por eso quiero motivar a otras personas como yo, que tienen una discapacidad, que todo es posible y que no hay límites", expresó con entusiasmo.