La pandemia lo encontró jugando en la liga de Arabia Saudita y el impacto que el coronavirus generó en el deporte mundial terminó con Federico Pereyra, el opuesto sanjuanino integrante del seleccionado argentino de vóley, varado en aquel país. Tras casi dos meses encerrado en un complejo de Riad, volvió hace unos días al país y ahora cumple el aislamiento obligatorio en un hotel sanjuanino, a la espera de que concluya el periodo de 14 días de cuarentena y pueda reencontrarse con su familia, a la que no ve desde enero. Sin embargo, en medio de las ausencias, la soledad y por momentos la desesperación, el potente atacante dio otro paso en su prolífica carrera deportiva pues analiza una propuesta del vóley de Catar.
En un mercado de pases internacional que no ha dejado de moverse pese a la crisis sanitaria, Pereyra quedó a un paso de fichar para un club catarí, que por ahora prefiere no mencionar hasta concretar el pase.
"Es una buena oportunidad, desde hace un tiempo vengo hablando con el club y me interesa en lo deportivo. Este es un año muy particular y complicado para el deporte en general, por lo que me pone contento poder ser parte de este proyecto catarí", señaló Pereyra desde la habitación del hotel que le fue asignado al ingresar a la provincia.
Pereyra integró el seleccionado que logró la clasificación a los Juegos Olímpicos.
"No tengo permitido dejar la habitación y estoy respetando a rajatabla todas las indicaciones de las autoridades sanitarias. Ahora me dijeron que en unos días me harán un hisopado de control y sólo cuento las horas para poder finalmente ver a mi esposa y a mi hijo. Ellos estuvieron conmigo en Arabia Saudita hasta enero, cuando volvieron a San Juan. En marzo dieron por concluida el campeonato y desde entonces quedé aislado", contó Pereyra. Perfectamente de salud, el voleibolista será sometido a un chequeo que Salud Pública realiza con todos los repatriados que están por finalizar la cuarentena y, si todo sale como espera, el 29 de mayo volverá a estar con su familia.
El voleibolista estuvo jugando en el Al Hilal, el club más poderoso del vóley de Arabia Saudita, y tuvo como entrenador al argentino Waldo Kantor. Fue el 3 de marzo que dieron por finalizada la liga de vóley ante el avance de la pandemia y el país en paralelo cerró su frontera, por lo que el opuesto quedó varado. Igual, todo eso va quedando atrás y ahora está enfocado en el reencuentro con los suyos y en su nuevo proyecto voleibolísticos.
A sus 31 años, el olímpico de Londres 2012, es un verdadero trotamundos. Comenzó a jugar Liga A1 en Obras, luego fichó para Bolívar, estuvo en el Kifissia VC de Grecia, en el Soria de España, en Montes Claros Vôlei de Brasil y en el Volley Brolo de Italia. Luego emigró al Greenyard Maaseik de Bélgica, se fue al Mizan Khorasan de Irán, volvió a Obras, jugó en Lomas Voley y Monteros Voley para fichar el año pasado para el Al Hilal, hasta que el coronavirus detuvo al mundo.
Cerca de Corea
Pereyra estuvo en carrera para jugar la V-League, la liga coreana, pero no fue elegido en el draft, que este año fue particular porque eligieron jugadores por videos. "Entré al draft de 30 jugadores, pero no quedé entre los 7 extranjeros que finalmente se distribuyen en los equipos", dijo.