Trascendió las fronteras de San Juan con sus obras, que se exhiben en las galerías más conocidas de Latinoamérica y Estados Unidos. Se tata de Mario Pérez, quien ahora tiene otra misión: por primera vez será protagonista de una muestra individual en la flamante Wynwood 28 Art Gallery, con la que comenzó a trabajar el año pasado y desde donde surgió la proposición gracias al contacto de su representante Pablo Verdi y a la colaboración de su amigo Andrés Oppenheimer en Estados Unidos.

"Deep Blue", llevará por nombre la exposición que se abrirá al público el sábado 11 y estará en cartel hasta octubre próximo con una colección que incluye nueve producciones inéditas del pincel sanjuanino, que bucean en el mismo mar que lo llevó a las arenas de los más exitosos artistas latinoaméricanos.

Así, en las salas de la Wynwood 28, se montarán tres piezas de la serie llamada Pocito de Luz, que hace referencia a la infancia del autor, a las noches bajo el cielo del barrio Capitán Lazo en el que vivió hasta su juventud.

 

Una de las pinturas que el maestro sanjuanino expondrá en Miami de manera solista.

 

"En la época en que viví en el Capitán Lazo, no había alumbrado público y las calles eran bocas de lobo. En la oscuridad, mi abuela por parte de madre que se llamaba Angélica siempre nos contaba cuentos mirando las estrellas, nos decía que la vía láctea era un río de estrellas donde navegaban naves fantásticas y barcos piratas. Y cuando uno le preguntaba dónde iban, ella contestaba simplemente: van detrás de la casita de Dios. Por eso, el barquito de papel, los palitos, una pequeña fogata o una estrella, forman parte de estos cuadros", explicó en referencia a lo que inspiró estas creaciones.

Las seis restantes pertenecen a Barquitos, temática nacida hace tres años a la que agregó nuevas naves "del mundo de los sueños y la magia", como relató acerca de sus óleos sobre tela con espátula, realizados en gran tamaño.

Pero siempre hay una idea que ronda su cabeza e inspira su paleta de colores, una dualidad que plasma en el lienzo "en el que el cielo puede ser piso o río" y donde "el arriba se acerca al abajo y se confunde", como expresó, fascinado por el lenguaje de la luz.

Esta propuesta se suma a su actividad en el exterior en la Ascaso Gallery, donde fue parte de la última muestra de maestros latinoamericanos el año pasado, o en VM Artspace Virginia Miller Galleries; y de las colecciones privadas y públicas de la que son parte sus pinturas.

 

 

Según manifestó Pérez ese es su mundo. "Uno se hace conocido por una imagen, una paleta y la repetición. Voy a quedar en la retina. Yo hago barquitos, arcas, los espacios conceptuales azules y no voy a salir de ahí", señaló satisfecho a sus 57 años, el artista que volvió a su ámbito luego de sufrir la luxación del hombro derecho en un accidente casero en 2017, lo que le imposibilitó su tarea por varios meses y postergó la exhibición.

"¿Si esto representa un nuevo desafío? No. Esto tiene que ver con el pintor maduro que no tiene que demostrar nada a nadie y mira otras cosas como la familia, los amigos y los lugares bellos, y que se deja impactar. Estoy en un momento de disfrute espiritual", reflexionó Pérez que, en noviembre, participará de la famosa feria internacional Art Miami, como lo viene haciendo desde 1997.