La llegada de las vacunas al país es la esperanza para terminar con la transmisión del coronavirus. Pfizer fue uno de los primeros laboratorios del mundo que inició conversaciones con el gobierno argentino para concretar la venta de vacunas contra el coronavirus cuando todavía no había vacunas ni certezas sobre el momento en que estarían disponibles.
Así fue como en el mes de agosto, la compañía farmacéutica y las autoridades locales llevaron adelante en el Hospital Militar de la Ciudad de Buenos Aires los ensayos clínicos de esta vacuna. Hubo más de 15.000 postulantes.
Y ahora, llegando a fin de año, Pfizer comunicó por medio de una carta a todos los voluntarios que se aplicaron el placebo que se podrán vacunar próximamente, comenzando en el mes de enero con los voluntarios de mayor riesgo.
La carta enviada a los voluntarios dice lo siguiente
Estimados voluntarios/as,
Estamos orgullosos de comunicarles noticias sobre el acceso de los receptores de placebo a la vacuna de Pfizer.
Según las recomendaciones de Pfizer a los sitios participantes en el mundo entero, y con la reciente aprobación de la vacuna y de esta estrategia por ANMAT, se procederá a contactar telefónicamente en el mes de enero a aquellas personas de mayor riesgo (según definición del Ministerio de Salud y del sponsor), para invitarlos a asistir al centro y -en el caso de estar interesado/a, así como de haber recibido dos dosis de placebo previamente-, poder recibir las dos dosis de vacuna.
Aquellos voluntarios/as que no pertenezcan a los grupos de riesgo definidos por Pfizer (coincidentes con los criterios del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y de los Ministerios de Salud en el mundo entero), y siguiendo las recomendaciones preestablecidas, tendrán la misma oportunidad de ser invitados/as a recibir la vacuna si previamente recibieron dos dosis de placebo, sucediendo esto en su próxima visita al centro según el protocolo (Visita 4).
Este procedimiento se realiza de idéntica manera en todos los sitios de estudio de Pfizer, tanto en Estados Unidos, como en Alemania, Turquía, Brasil y Argentina, y es independiente de las políticas de selección de vacuna de cada país.
En los últimos días todos se preguntaban por qué la vacuna de Pfizer era aplicada en otros países y no en Argentina donde se habían hecho estudios clínicos. Durante una entrevista concedida al periodista Víctor Hugo Morales en AM 750, el ministro de Salud, Ginés González García, dijo que pidieron “condiciones inaceptables” para firmar los acuerdos. Evitó dar detalles porque -argumentó- rigen cláusulas de confidencialidad que invisten la negociación, pero trascendió que los impedimentos están vinculados con la inmunidad jurídica que Pfizer pretendía tener en el país ante eventuales consecuencias adversas de la dosis en la población. “No entendemos por qué tienen tantas exigencias, pareciera que no le tienen fe a la vacuna”, disparó.
Sin embargo, según trascendió, la principal traba que impidió la firma de los contratos con Pfizer fue un agregado realizado en el Congreso a la ley que se discutió y se aprobó por pedido de la compañía farmacéutica. La norma le otorga indemnidad a los desarrolladores de la vacuna “excepto en casos de negligencia”. “Facúltase al Poder Ejecutivo a incluir en los contratos que celebre para la adquisición de vacunas cláusulas que establezcan condiciones de indemnidad patrimonial (…) con excepción de aquellas originadas en maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia por parte de los sujetos aludidos”, dice la ley promulgada el 6 de noviembre. Esa palabra, “negligencia”, es la que pide ahora Pfizer que sea removida del texto.