Contra todos los pronósticos, contra los propios fantasmas que acechaban al equipo con una supuesta maldición, Philadelphia Eagles venció 41-33 a New England Patriots y conquistó el primer Super Bowl en su historia.
Quien se vistió de héroe al final no fue el legendario Tom Brady sino el quarterback rival, Nick Foles, que había iniciado la temporada como suplente y asumió la titularidad a dos fechas del final de la campaña ante la lesión del estelar Carson Wentz. Foles pasó para tres touchdowns y se disfrazó de receptor en otro más para quedarse con el premio al jugador más valioso del partido.
La ciudad de Minneapolis albergó el Super Bowl por primera vez y quedó en la historia por ser el más frío jamás jugado, con -16,66°C (2°F) al inicio del partido, pero más por ser testigo de una de las finales más frenéticas y emotivas. Un verdadero festival ofensivo que se definió, paradójicamente, con una jugada defensiva.
Todo se redujo a un último ataque. Philadelphia acababa de tomar la ventaja 38-35 pero, con dos minutos por jugar, la pelota estaba en manos de Brady. Todo estaba servido para que el quarterback más ganador en la historia del Super Bowl (cinco anillos de campeón) se aprestara a hacer su pase de magia, como tantas veces lo había hecho. Entonces, lo inesperado. Lo que hace del fútbol americano un deporte único. Por primera vez en todo el partido la defensa de Philadephia logró capturar a Brady, le birló la pelota y sentenció el partido con un gol de campo.
Así, Philadelphia se alzó con su primer Super Bowl en su cuarta aparición en la gran final y se tomó revancha de la caída sufrida ante los propios Patriots de Brady en la final de 2005.
Cabe destacar que las águilas tenían tres títulos de la NFL conseguidos antes de 1969, cuando la liga todavía no se había fusionado con la AFL y no se disputaba el Super Bowl. Según cuenta la leyenda, luego de que en 1960 los Eagles ganaron su tercera corona, el entrenador de los finalistas Green Bay Packers Vince Lombardi se prometió que nunca más perdería una final: ganó cinco de las siguientes siete, se convirtió en leyenda y desde 1970 el trofeo del Super Bowl lleva su nombre, un cetro que los Eagles nunca habían podido alzar. La maldición se rompió hoy.
El robo de Graham a Tom Brady que aseguró el Super Bowl para Philadelphia
Después de lo sucedido un año atrás, cuando Brady lideró a los Patriots a remontar una desventaja de 25 puntos en la final ante Atlanta, 10 puntos no era indicador de nada. El veterano de 40 años poco a poco comenzó a calibrar y empezó a encontrarse con más asiduidad con el ala cerrada Rob Gronkowski, su blanco favorito.
El intercambio de golpes continuó inalterado en la segunda mitad. Las tres primeras tres series de New England terminaron en touchdown (dos de Gronkowski) y así se adelantó por primera vez 33-32 con 9 minutos por jugar. Pero Foles (que terminó con 373 yardas por aire) respondió cada vez y con su tercer pase de anotación le devolvió la ventaja a los Eagles. Quedaban 2m21 para que Brady hiciera su magia, pero fue la defensa rival la que apareció y Philadelphia se llenó de gloria.