
Al fiscal Gustavo Enrique Manini no le quedaron dudas: el 13 de julio del año pasado, sobre las 20.30, el exbombero de la Policía Juan Andrés Flores Zárate (45) cometió un homicidio agravado por el uso de un rifle calibre 22, cuando lo usó para matar de un tiro en la nuca a José Oscar Herrera (20) sin que mediara ninguna justificación, pues no se acreditó que el joven hubiese entrado a robar en una casa abandonada de la familia de Flores ubicada en Villa Morrone, Chimbas. Por ese delito y también por portar ilegalmente ese rifle, le pidió al juez Juan Carlos Caballero Vidal (Sala I, Cámara Penal) que lo condenara a 17 años de reclusión. Durante su alegato, compartido por el abogado de la familia de la víctima Mario Padilla, el fiscal remarcó que no hubo pruebas para sostener que el disparo fue accidental como dijo Flores. Y que del informe psicológico al acusado se desprendió que en situaciones de estrés, es alguien propenso a no controlar sus impulsos.
A su turno, el defensor de Flores, Gustavo Sánchez, pidió la absolución. Cuestionó a la Policía por no investigar los posibles delitos que se cometieron en la propiedad de los Flores por parte de la víctima y también por su presunto cómplice que huyó esa noche, un tal "Ganga" o "Cholo" Rodríguez, alguien que tal vez pudo ser el homicida y no su cliente, dijo.
Sánchez criticó el informe psicológico de Flores, de quien dijo es "un buen hombre, servidor, solidario". Y pidió considerar el hecho, básicamente, como un homicidio en legítima defensa, pues la Villa Morrone es peligrosa e insegura al punto de que las estadísticas en ese año mostraron 507 delitos en esa zona. Y sostuvo que su cliente sí estaba autorizado a portar armas.
