Fue durante uno de los abordajes para tratarla de su adicción a las drogas en abril pasado que la chica, de 16 años, reveló su verdad. En esa comunidad terapéutica, dijo que desde que tenía 14 años, y hasta el año pasado, iba a la casa de una amiga a jugar, en Albardón, y el padre de esa niña la metía a una pieza y a punta de arma ("como la de los policías", declaró) la violaba. Los psicológicos de la UFI Anivi acreditaron en sus informes lo creíble de esos dichos y ayer, al cabo de su alegato, la fiscal Ingrid Schoot y el ayudante fiscal Rodrigo Videla le pidieron al tribunal que condenara a ese hombre de 53 años, padre de cuatro hijos, por el delito de abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por el daño a la salud mental causado en la víctima y también por haber utilizado un arma de fuego, pese a que ese objeto no se secuestró cuando hicieron un allanamiento en su casa para recabar evidencia.
Del otro lado de la vereda, el defensor Gustavo Sánchez consideró que su cliente no cometió delito alguno y solicitó la absolución. El letrado evaluó como "incoherente y contradictorio" el relato de esa menor. Y se apoyó en la versión de su cliente, de que la denuncia en su contra es parte de la venganza de un tal "Chato" Aballay que actualmente está preso por haber violado a una hija del acusado, que tiene problemas de discapacidad. Según esa versión, Aballay es íntimo amigo de la jovencita que lo denunció y esta se prestó para esa venganza.
El caso había sido denunciado el pasado 29 de abril y al día siguiente cuajó en la detención del sospechoso, que siempre se declaró inocente.
Ayer, los jueces de garantías Federico Rodríguez, Gema Guerrero y Andrés Abelín escucharon los alegatos de las partes y postergaron para una nueva audiencia las últimas palabras del acusado y otra discusión jurídica de las partes sobre el monto de la pena.
En una primera etapa del proceso, al finalizar la investigación con la incorporación de la prueba para el juicio, la Fiscalía había anticipado que pretendía 18 años de cárcel.
Abusó de una chica ebria, le dan 8 años
La jueza de Garantías Celia Maldonado condenó ayer a 8 años de cárcel a un joven empleado del Casino de San Juan identificado como Cristian Morales (35). Así, la magistrada, coincidió con el pedido de condena por el delito de violación que le formuló el fiscal de la UFI CAVIG Eduardo Martínez.
Para la Fiscalía, se probó que alrededor de las 7 de la mañana del 3 de abril pasado, Morales sometió a una jovencita que estaba ebria (tenía 2,20 gramos de alcohol por litro de sangre), cuando se ofreció a llevarla a su domicilio, pero se desvió hacia su propia casa y allí la sometió. Ambos habían coincidido en una juntada de amigos en una casa de Rawson y San Lorenzo, en Capital.
Ahora, los defensores César y Javier Jofré pueden reclamar para que otro tribunal revise el fallo, pues a su entender su cliente no cometió el grave delito que le atribuyeron.