Los loros barranqueros son aves típicas de la provincia de San Juan, San Luis y La Rioja. Son pájaros de color verde militar (no muy vistoso) que se crían en grandes cantidades. Es por ello que su valor en el mercado ilegal de aves no es muy alto.
"Los barranqueros son loros hermosos, aunque no es la mejor de las mascotas, pero como hay una gran cantidad y suelen ser muy gritones, no tienen un valor importante para la venta", dijo el veterinario Olivares Robledar. Y agregó: "Hay gente que los atrapa, los destiñe con productos químicos y luego los pintan con intensos colores verdes, amarillos etc, para venderlos como loros amazónicos, de los que hablan, de los que solían estar en la casa de la abuela".
El profesional indicó que dos loros barranqueros pintados llegaron a su consultorio veterinario recientemente y pudo recuperarlos luego de un intenso tratamiento. "Los productos que usan para pintarlos o desteñirlos, son abrasivos, los queman, los matan", indicó. Y agregó: "Un loro amazónico suele venderse hasta diez veces más caro que un loro barranquero en el mercado negro de las aves. Además los tienen en una situaciones de abandono total: desnutridos, amontonados en cajas y cajones, hacinados totalmente".
Radriografía de la caza ilegal en cuarentena
A pesar de estar penada por ley, la caza y la pesca ilegal siguen siendo una constante en San Juan. Incluso el periodo de cuarentena ayudó a que esta actividad delictiva creciera. En 2020 se labró un 25,8 por ciento más de actas de infracción que en 2019.
La información fue brindada a DIARIO DE CUYO por el director de Conservación y Áreas Protegidas, Dardo Recabarren, quien ofreció un panorama detallado sobre la caza en la provincia.
El funcionario indicó que, durante todo 2019 a través de los controles labraron en San Juan 236 actas por la infracción de las leyes 606L y 941R, que protegen la flora, la fauna y los peces en la provincia. Mientras que, en 2020, en plena pandemia, las actas alcanzaron las 297.
“El crecimiento en la cantidad de actas comenzó en abril y el pico se dio en junio. Creemos que por un lado la gente salió más a cazar debido a que la mayoría de las actividades estaban frenadas. Y por otro, era más fácil detectar a los infractores debido a que había poco movimiento en las rutas y los caminos alternativos de ingreso a la provincia, que nosotros estábamos ayudando a controlar”, indicó Recabarren.
Y agregó que, “en general, en San Juan la actividad de la caza crece entre los meses de marzo y octubre y baja entre noviembre y febrero. Esto se da por diversos factores. Por un lado, el calor, que hace que muchas personas no salgan tanto al campo. Por otro, la actividad de la cosecha y la producción, que crece en esa época y mantiene a la gente más ocupada. Y por otro, que muchos salen de vacaciones”.