Por estos días, en nuestra ciudad Capital se están realizando trabajos de raleo y poda del arbolado público, que en algunos sectores se observa mal hecho por las pésimas condiciones en que han quedado los árboles. Da pena ver algunos ejemplares reducidos a un simple tronco, del que salen unas pocas ramas, que no guardan simetría y que le confieren un aspecto lamentable alejado de la estética que se debería preservar en un ámbito ciudadano.

Los responsables de esta poda, dispuesta por la comuna capitalina, deberían tomar en cuenta el mal aspecto que ofrecen muchos de los ejemplares, y si ya no hay posibilidad de subsanar el trabajo mal realizado, tener en cuenta los errores para no seguir cometiéndolos en lo que resta de la tarea.

Descartamos que la poda debe ser realizada por personal especializado, por lo que no se entiende cómo es posible que en esta ocasión se haya trabajado tan mal en una tarea que no es la primera vez que se realiza.

Si bien todos los años se suceden numerosas quejas de los vecinos por la manera en que se tratan los árboles, en esta ocasión los mayores cuestionamientos están referidos a la forma en que se dejaron los ejemplares. Por cuadra, hay entre tres o cuatro árboles que se asemejan a raquíticas figuras que difícilmente puedan mejorar, respecto de su estética, con la llegada de la primavera o el verano. Seguramente serán ejemplares con muy pocas hojas, de forma desproporcionada y muy pobres en sombra, que es lo que nos debería interesar en una ciudad como la nuestra.

No se puede admitir este tipo de acción contra nuestra principal riqueza urbana, ya que de continuar así, en poco tiempo más nos quedaremos sin árboles que nos ofrezcan sombra y protección.