"Parece que el Porteñito se ha querido meter a robar al 24, a la casa de un cana, y lo han puesto". La frase la lanzó un muchacho que hablaba por teléfono mientras miraba desde lo lejos cómo los peritos iban y venían, buscando pistas alrededor del cadáver del delincuente y en las inmediaciones de la vivienda del policía que lo abatió de un disparo en una pierna. Eran cerca de las 10 y el rumor crecía, hasta que la Policía confirmó que quien yacía sin vida en el asfalto efectivamente era Carlos Alberto "Porteñito" Gutiérrez, que con 31 años cargaba una extensa lista de antecedentes penales (ver El extenso…). Y en paralelo a los rumores sobre quién era el fallecido fueron creciendo los comentarios de los vecinos, unánimemente en defensa de ese agente del Comando Radioeléctrico Sur, quien declaró luego a sus pares que su intención no era herirlos, sino intimidarlos.
El hecho ocurrió a eso de las 5.50 de ayer. La casa del policía está ubicada en el Barrio Puesta del Sol (ex Lote Hogar 24), en La Bebida, Rivadavia, metros al Sur del camping de UDAP. Según la versión policial, a ese lugar llegó Gutiérrez junto a otro sujeto llamado Manuel Antonio "Trucha" Luján (28). Andaban delinquiendo a bordo de una moto Honda 150 cc y no se sabe si ya tenían planeado atacar la casa del agente o si se les presentó la oportunidad en el momento. Lo concreto es que, según el relato de fuentes de la Fuerza, los delincuentes violentaron un candado, sacaron una cadena y así consiguieron entrar a la cochera de la vivienda, supuestamente con el objetivo de alzarse con una moto que había en ese sector.
"Cuando el policía sale para dar la voz de alerta, uno de los sujetos esgrime un arma de fuego y gatilla, sin resultado, por lo que el policía responde con disparos debajo de la cintura, intimidatorios", aseguró el comisario mayor Fabián Avellá, jefe del D-5, quien agregó que cuando el efectivo disparó estaba "en el interior de su propiedad y los sujetos estaban adentro de su casa".
Ante esa situación, los ladrones dejaron abandonada en la calle la moto en la que se movilizaban (investigan si fue robada en Córdoba) y huyeron corriendo en dirección a la calle Pellegrini. De ahí tomaron hacia el Sur pero Gutiérrez apenas recorrió unos metros, porque pasando la calle Yornet no resistió más y cayó muerto a un costado del asfalto. Fuentes policiales aseguraron que el policía efectuó dos disparos, pero los vecinos indicaron a este diario que se escucharon al menos 5 detonaciones. Lo cierto es que una de las balas resultó mortal para el "Porteñito", quien al parecer recibió el tiro de espaldas porque el plomo se coló por la parte posterior de su pierna derecha, centímetros arriba del pliegue de la rodilla. Los investigadores suponen que fue dañada la arteria femoral y que eso no le dejó ninguna chance de supervivencia.
La suerte de Luján fue distinta. El sujeto apareció tiempo después por el Marcial Quiroga, y desde ahí lo derivaron al Hospital Rawson, donde ingresó a las 7.45 en una ambulancia. Presentaba una herida de bala en el glúteo izquierdo, con orificio de entrada pero no de salida, y fue dejado en observación.
Los peritos siguieron las manchas de sangre que fueron dejando los malvivientes en la calle desde que salieron de la casa del agente. Eso los condujo hasta un descampado que hay al Este de la calle Pellegrini, a la altura de donde quedó el cadáver de Gutiérrez. Allí hallaron prendas con manchas de sangre y un revólver calibre 22, y la sospecha de los pesquisas es que esos elementos fueron descartados por Luján. Al parecer intentó ocultarlos, sin éxito. Y además mintió cuando fue entrevistado en la guardia policial del hospital, pues dijo que lo habían baleado en el Asentamiento Evita, sin aportar mayores detalles.
El policía (este diario se reserva dar a conocer su identidad), luego de permanecer algunas horas demorado y de prestar declaración, fue liberado. Anoche en su casa había un fuerte operativo de custodia.
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El extenso prontuario del ladrón abatido
El "Porteñito" Gutiérrez (31) tenía 3 hijos y vivía en el Barrio Valle Grande, en Rawson. Su primera caída había sido en 2003, siendo menor, por un hurto calificado. Ese mismo año acumuló otras 9 causas, todas por hurtos o robos. En el 2004 no registró caídas, pero en 2005 sumó 9 delitos a su planilla, también por delitos contra la propiedad, aunque en una oportunidad le achacaron uno contra la integridad sexual de una persona. En el 2006 fue apresado por un robo arrebato y al año siguiente en otras tres oportunidades. Según los datos que figuran en su planilla, recién en 2017 volvió a delinquir: amenazas agravadas por el uso de arma de fuego y hurto simple. Y en el 2018 anotó 4 antecedentes más. El último fue porque el 23 de diciembre de ese año se escapó de la seccional 35ta (lo habían apresado por el robo a un vecino) luego de golpear al calabocero, a quien le había pedido que lo llevara al baño. Aquella noche luego saltó una pared y estuvo prófugo varios meses, hasta que en mayo de 2019 lo recapturaron. Por ese hecho el 3 de diciembre de ese año había sido condenado a 8 meses de prisión efectiva.
EL "TRUCHA"
El otro delincuente implicado en el caso del policía tiene en su haber más de 25 antecedentes penales, como robos, hurtos, resistencia a la autoridad, encubrimiento, amenazas, entre otros. Su carrera delictiva arrancó en el 2006, cuando tenía apenas 14 años. Le dicen "Trucha", aunque otros lo apodan "Toni" o "Toño".