El clima este año se convirtió en un aliado para la recuperación de los precios en el sector vitivinícola, al hacer trepar a más del doble que el año pasado el precio del vino blanco escurrido nuevo, el que se toma como referencia base en esta provincia, que acaba de salir a la venta al mercado.
Un volumen acotado de vinos tras la pobre cosecha 2017 debido a las fuertes heladas de la primavera pasada; Chile, que este año tiene poco vino por los mismos motivos; y las heladas de Europa que presagian también una mala vendimia son las causas que a juicio de referentes locales han tonificado los precios.
El pasado jueves 1 de junio se liberaron los vinos nuevos para su comercialización en todo el país y ayer los precios del blanco común se ubicaron entre 7 y 8 pesos el litro. Ese valor se ubica entre 133 y 167 por ciento por encima de los 3 pesos que costaba en junio de 2016 el mismo producto.
Las entidades vitivinícolas locales -la Federación y la Asociación de Viñateros- festejaron esa tonificación que ha tenido el vino, e incluso creen que pasados unos meses los valores seguirán aumentando con la posibilidad de que el litro llegue a 10 pesos.
Eduardo Garcés, desde la Federación Viñatera, recordó que incluso algunos blancos de calidad y mayor grado alcohólico ya se estuvieron pagando a 10 pesos semanas antes de la fecha de liberación, pero fueron casos excepcionales.
Los bodegueros trasladistas sanjuaninos, nucleados en la Cámara Vitivinícola; también presagian para septiembre un repunte del valor, pero temen que no será tanto debido a la caída que se viene registrando en el consumo en el país.
La realidad es que impensadamente el valor que ha tomado el blanco escurrido supera incluso las perspectivas del Gobierno provincial que a principios de la cosecha ya señalaban que esperaban una uva a 3 pesos el kilo y el vino a 5 pesos el litro. Incluso el precio se tonificó pese al fenómeno de importación de vinos -que levantó airadas quejas de los viñateros que querían salvaguardar el valor de la materia prima nacional- y que ahora, con la mala cosecha chilena hasta quizá ya no sea una opción competitiva para importar, piensan los productores.
Con un vino básico a 7 y 8 pesos el equivalente de la uva sería hoy de 4 y 4,50 pesos. En caso de posicionarse a fin de año en 10 pesos, significaría que se podría esperar un kilo de uva a 6 pesos para la próxima cosecha 2018.
‘’Estoy seguro que el vino va a subir cuando se pase el furor de los más chicos que han hecho vino y lo venden ahora y merme el que tienen las bodegas’’, se esperanzó Garcés. En la Asociación de Viñateros, su titular Juan José Ramos dijo que las expectativas son de 10 pesos a fin de año, aún cuando baje el consumo, porque los números de cosecha y elaboración han sido menores a lo que se consumió en todo el año pasado. ‘’Este año no está siendo tan malo, sobre todo para los vinos que estaban más relegados’’, dijo el productor.
Angel Leotta, desde la Cámara Vitivinícola; también está convencido que el valor se tonificará en un par de meses, pero apuesta a una generalización de 8 pesos el blanco y 12 o 12,50 pesos el tinto. Un valor mayor, a su juicio, depende de factores relativos al consumo que aún no se pueden manejar. ‘’Dios quiera que llegue a 10 pesos, pero hay que ver que pasará el segundo semestre y si a Doña Rosa le alcanzará para seguir comprando el vino en tetra. Si sigue cayendo el consumo, no va a subir el precio’’, opinó.
Obviamente los otros vinos también se han tonificado, pero en una medida acorde al valor que tuvieron esas uvas en la cosecha. El tinto genérico ronda los 12 pesos el litro y un varietal Malbec, según las unidades de color y grado alcohólico gira entre 25 y 27 pesos.
Consumo, en picada
El consumo interno de vino en Argentina se derrumbó un 16,9% en abril, frente a igual mes del año pasado, a 670.107 hectolitros, según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino y la Coviar, en base al INV. En botella, cayó aún más, un 17,4%, mientras que en tetra-brik la baja fue de 16,7%. Entre enero y abril, el consumo interno acumuló una baja de 13,1% contra igual lapso de 2016. La caída fue de -15,2% en el caso de las botellas y se fijó en -12% en el de tetra-brik. Así, con 13,1% de caída general, es el primer cuatrimestre de mayor caída desde al menos 1995, hace 22 años, desde cuando hay registros sistematizados en el sector. La segunda cosecha escasa consecutiva por factores climáticos este año redujo el stock y elevó el precio de la uva, hay alta inflación y una clara caída del poder adquisitivo de los consumidores.
Exportaciones
La exportación de vino fraccionado se redujo un 13,5% en abril, a 159.420 hl, con bajas de 13,6% en botellas y de 18,9% en tetra-brik. En el caso de granel y mostos, las caídas son mayores, de 59,2% y 53,1%, respectivamente, por el menor stock de vino, que hizo disminuir su oferta, y los altos precios en estos productos considerados comodities.
El mosto
54,3 Es lo que cayó la comercialización al exterior del mosto concentrado en el primer cuatrimestre del 2017 respecto a los meses de enero-abril del 2016.
Cosecha chilena
Según publicó el diario chileno El Mercurio este año la vendimia en Chile también estuvo por debajo del número esperado. Las últimas proyecciones del mercado apuntan a una vendimia con 1.050 millones de litros, cerca de 15% menos que el año anterior y lo que precisa para abastecer el mercado. Allá se han duplicado los precios de las uvas.