Dos familias pobres con 4 hijos cada una (de entre 3 meses y 10 años) que vivían en una misma casa sufrieron grandes pérdidas luego de que la precaria construcción de adobe y cañas que les prestaban desde hace 3 años se incendiara casi por completo. Pese a que estaban durmiendo cuando el fuego se apoderó de la vivienda, Mónica Lucero (33) y su hermana Julia Lucero (38) con su marido lograron poner a salvo a los ocho chicos. Eso sí, el mayor, que padece autismo, tuvo que recibir asistencia médica porque inhaló demasiado humo aunque estaba fuera de peligro, dijeron.
El dañino siniestro ocurrió en la madrugada de ayer, sobre las 3, en una casa del asentamiento Del Bono, ubicado en Las Casuarinas, 25 de Mayo. Según los damnificados, fue por un cortocircuito en una zapatilla eléctrica en la que estaban enchufados un ventilador y el cargador de un celular. "Sentimos una explosión. Primero el fueguito era chiquito, pero mi cuñado le tiró agua y algo pasó porque empezó a arder todo", detalló Mónica Lucero. Las llamas se expandieron desde esa habitación hasta casi toda la casa, causando desastre en su camino, pues se quemaron prácticamente todas las pertenencias: muebles, ropa, electrodomésticos, documentación e incluso hasta bicicletas y una moto Motomel 250 cc. Además, parte del techo de palos y cañas se vino abajo, por lo que el espacio quedó inhabitable.
Primero los vecinos y luego los Bomberos Voluntarios de Caucete ayudaron a apagar el fuego, pero para entonces el daño ya estaba hecho. Las familias quedaron en ruinas.
"Se nos quemó todo, no nos quedó nada. Y con lo que cuesta comprar las cosas… Nos vamos a tener que ir de aquí", se lamentaban ayer las hermanas Lucero, que subsisten con lo que cobran de un plan del Gobierno. "Gracias a Dios no les pasó nada a los chicos, eso es lo importante", rescató una de ellas.