Otros años, para esta misma época, unos 5 o 6 bodegueros mendocinos andaban por estas tierras buscando cerrar contratos con establecimientos sanjuaninos para asegurarse algunos kilos extra para las cosecha, pero este año el panorama cambió. Por la merma que ya se anticipa en la vecina provincia, que algunas estimaciones ubican en el 15% con respecto a la temporada pasada, que ya fue baja, el número se triplicó porque calculan que hay unos 15 a 16 elaboradores haciendo contactos. Buscan establecimientos con su cartera de viñateros y ofrecen adelantar fondos para la cosecha y acarreo a cambio de asegurarse que tendrán volúmenes. Lo bueno de esta situación es que se espera que con nuevos jugadores compitiendo con elaboradores locales el precio del producto se pueda llegar a tonificar.
El fenómeno se da en un contexto caracterizado por una conjunción de factores, incluso similares a los que afectan a San Juan. Por un lado la crisis hídrica, que anticipa una menor carga en los parrales y a que los productores, por la crisis económica, no realizaron todos los trabajos necesarios en los parrales ni aplicaron, por ejemplo, agroquímicos, afectados por el precio del dólar. Otra razón es climática, con heladas en octubre y después granizadas, que tampoco han contribuido a mejorar los números. Todo en un contexto en el que, para sorpresa de varios, los volúmenes de litros de vinos que se consumen tanto en el mercado interno como en el exterior, vienen creciendo mes tras mes, al punto que podría llegar a faltar stock.
En este panorama, lo que buscan los bodegueros mendocinos es moler uva en establecimientos locales y llevársela a Mendoza, para lo cual tienen que contar con la autorización del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Y hasta tienen que intervenir los gobiernos de Mendoza y de San Juan para el control de las normas fitosanitarias.
Pablo Martín, de la Mesa Vitícola, dijo que “es muy bueno para San Juan lo que está pasando porque se pueden llegar a tonificar los precios si hay mayor demanda”. Y agregó que “se están dando todas las condiciones para que la próxima cosecha se pueda llegar a pagar más por el kilo de uva”.
En la vendimia pasada se terminaron cerrando las operaciones a entre 7 pesos a 7,50 pesos el kilo de uva y para la próxima cosecha la expectativa es que hasta se puedan llegar a triplicar esos valores.
Desde la Asociación de Viñateros Independientes, Juan José Ramos confirmó que “el fenómeno de los bodegueros mendocinos en la provincia es mayor que otros años y esperamos que esa situación mejore la condiciones”.
Desde Mendoza, Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, sostuvo que la situación se da porque sobre en la zona este mendocina, productora por excelencia, se calcula que habrá menos volúmenes por diversos factores, entre los que mencionó que por la crisis económica no se han realizado las labores culturales necesarias en los viñedos y mencionó las limitantes de la falta de agua y de los accidentes climáticos. Y también señaló que en los últimos años se ha descuidado al productor primario. “Hay que repensar la relación entre productores y bodegueros”, sugirió el dirigente.
El bodeguero José Alberto Zuccardi, que preside la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), dijo que “veníamos de un ciclo de excedentes vínicos, pero ahora se han restablecido los equilibrios, crecieron la demanda interna y las exportaciones, pero con un decrecimiento de la cosecha”. Y afirmó que “se estaba produciendo más vino del que el mercado necesitaba, pero ahora estamos frente a un proceso virtuoso en el que sin duda se va a producir una tonificación de los precios”.
Mario Pulenta, de la Cámara de Bodegueros, dijo que hay más consultas de elaboradores mendocinos para contactar a establecimientos locales.