La superficie del territorio afectada por la sequía o en condiciones de estrés hídrico alcanzaron a principio del mes 1.364.749 kilómetros cuadrados (km2) equivalentes al 54,48% del área total. Bajo este panorama, y con la cosecha de trigo apunto de finalizar con una producción de entre 11,5 y 13,4 millones de toneladas, lo cual implica una merma en volumen en torno al 50% respecto a la campaña pasada, la atención se centra hoy en los granos gruesos y en su porvenir de la soja y el maíz.
En este contexto, el golpe al ingreso de divisas para el país será demoledor. Según las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), las exportaciones de las cinco principales cadenas granarias afectadas por la sequía podrían caer entre un 21% y el 33% respecto a las campaña 2021/22, equivalentes a mermas en ingresos de entre US$ 9.226 y US$ 14.115 millones.
Esto implica, nada más ni nada menos, una caída entre 1,1 y 1,8% del PBI según sea el caso.
Esto estimó la entidad bursátil al plantear dos escenarios productivos posibles de soja, maíz, trigo, cebada y girasol, los cinco principales cultivos sembrados en el país que fueron y están siendo afectados por la sequía que golpea a gran parte del área agrícola nacional.
Con una producción de trigo de 12,4 millones de toneladas y de la cebada de 3,8 millones de toneladas ya casi concretadas, la BCBA dio por tierra sus primeras estimaciones de producción de los granos gruesos 2022/23, que ya de por sí era menor respecto a la campaña 2021/22.
El primer escenario, definido como moderado, proyecta una producción de soja de 41 millones de toneladas, mientras que la de maíz alcanzaría las 44,5 millones y la de girasol los 3,7 millones de toneladas. Esto implicaría una reducción respecto a las primeras previsiones productivas de la entidad realizadas en septiembre de 7 millones de toneladas en el caso de la soja, 5,5 millones en maíz y 200.000 toneladas en girasol.
El segundo escenario, denominado pesimista ya que plantea una sequía más pronunciada, estima una producción de soja de 35,5 de tonelada, mientras que la de maíz sería de 37,8 millones y la de girasol de 3,5 millones de toneladas. Teniendo en cuenta estos escenarios, sumado a las caídas productivas prácticamente consumadas en trigo y cebada, se prevé que el Producto Bruto Agroindustrial (PBA) en el planteo moderado se ubique en USD 42.136 millones. Esto implicaría una caída de US$ 6.958 millones respecto a lo esperado al principio de la campaña y de US$ 11.025 millones en comparación con el ciclo 2021/22.
En tanto, que un escenario pesimista ubicaría el aporte a la economía en US$ 37.418 millones, US$ 11.676 millones menos que en las primeras proyecciones y de US$ 15.743 millones respecto a la campaña anterior. ‘Poniendo en contexto las dimensiones de estas pérdidas y, considerando las últimas proyecciones del FMI sobre el PBI de Argentina para el año 2023, que sería de US$ 643.797 millones, la caída del primer escenario es equivalente a 1,1% del PBI, mientras que el pesimista tendría un impacto negativo equivalente al 1,8%’, destacó la BCBA.
La cadena de valor de la soja tendría la mayor caída en su contribución a la economía, ya que sus aportes descenderían entre US$ 3.320 y US$ 6.308 millones dependiendo, mientras que, en una misma sintonía, los aportes del maíz caerían entre US$ 1.479 y US$ 3.111 millones.
- Duro impacto por la bajante del Río Paraná
Mientras la extrema sequía causó la mortandad de miles de cabezas de ganado, pérdidas de cosechas, y dejó secos cauces de arroyos y lagunas en Santa Fe, la pronunciada bajante del río Paraná está causando estragos en la reproducción de especies ictícolas, afirmaron ayer organizaciones ecologistas.
La prolongada ausencia de lluvias en toda la provincia es una situación de ‘extrema gravedad’, según lo definió recientemente el ministro de la Producción de Santa Fe, Daniel Costamagna. Si bien el funcionario admitió no tener cifras precisas sobre la mortandad de animales, estimó que al menos ‘unas 3 mil cabezas de ganado’ ya se perdieron por la extrema sequía en el norte santafesino.
Incluso, Costamagna dijo por la emisora LT10 de Santa Fe, que el escenario ‘es similar al observado en 2008-2009’ cuando en esa jurisdicción ‘murieron unos 10 mil bovinos’. Además, a fines de noviembre último, por las elevadas temperaturas y sequía, productores de soja de primera, del centro y norte provincial, se vieron forzados a paralizar los trabajos de siembra por falta de humedad en los suelos. Otra de las consecuencias por la sequía que castiga desde hace meses a esta región, es que los arroyos, riachos y lagunas comenzaron a secarse. El arroyo del Medio, límite natural entre Santa Fe y Buenos Aires, luce con su cauce seco y lo mismo se observa en las lagunas de El palmar y Cristal. En tanto, la sequía, el intenso calor y la bajante del Paraná ‘también están causando estragos en la fauna ictícola del río’. Se ha observado una importante mortandad de sabalitos de entre 5 y 7 centímetros, hay otras especies también, pero siempre s monitorea el sábalo, porque es la pirámide de la cadena alimenticia del resto de las especies.
- Alerta en Córdoba
La crisis hídrica en Córdoba, debido a la sequía, continúa generando inconvenientes en algunos sectores ya que los diques y embalses aún están lejos de su nivel adecuado. Por este motivo, piden extremar el cuidado en el consumo y el uso innecesario de agua.