En el sector vitivinícola recibieron con desánimo las nuevas medidas dispuestas por la Nación para ajustar el déficit fiscal. Los industriales creen que con la aplicación de retenciones, oficializada ayer en el Boletín Oficial, junto con la quita de los reintegros instrumentada unos días atrás, se van a resentir las exportaciones y afectará la rentabilidad del sector. Opinan que pese a que el dólar trepó a $40, las ventaja competitiva se va a licuar con la inflación de costos, afectando principalmente a los volúmenes a granel por encima de los fraccionados. Angel Leotta, presidente de la Cámara Vitivinícola -la entidad que nuclea a las bodegas trasladistas- y titular de la Corporación Vitivinícola Argentina; razonó que en el mercado mercado externo se verá "resentido" el vino a granel ""porque se maneja con menos margen de rentabilidad". Agregó que ""quizá se pueda vender mejor el mosto" pero seguirá siendo un problema el sobrestock técnico de vino que va a pesar en el mercado. ""Además no solo aplicaron retenciones sino que no nos aumentaron los reintegros, como pedíamos, sino que nos lo bajaron del 5,9% al 3,25%; en la uva de mesa fue del 5,9 al 1%, cosa que es un golpe fatal para una economía regional", afirmó. Asimismo, el empresario aseguró que si bien es prematuro aventurar que pasará con la cosecha 2019, consideró que será "bastante problemática". Afirmó que si viene una cosecha como la pasada no va a haber cantidad suficiente de vasijas. ""Si no hay una articulación de alguna política público-privada, entre la Nación, la provincias y el sector privado, no va a haber soluciones", agregó. Tampoco cree que repunte el consumo en un mercado interno de recesión.
Carlos Fiochetta, gerente general de la Coviar destacó lo inoportuno del momento en que llegan las medidas nacionales, justo cuando la vitivinicultura había entrado en una recuperación. En efecto, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) dio a conocer el primer repunte de exportaciones de vinos después de 31 meses, especialmente del granel que creció 150% en el mes de julio pasado, y una suba del 18% en ventas del fraccionado. ""esa mejora tiene que ver con el tipo de cambio, pero esta nueva medida (por la aplicación de retenciones) afectará a los productos donde la variables de precios es mayor, como por ejemplo el vino y el mosto a granel", opinó. Agregó que la realidad del sector será impactada por varios factores, y mencionó la devaluación como un aspecto positivo, pero seguida de varios impactos negativos como son la aplicación de retenciones, la quita de reintegros y la inflación. Fiochetta analizó que el vino fraccionado puede resultar más beneficiado, pero pronosticó que en vino a granel, mosto y uvas en fresco ""lo más factible es que la inflación se termine comiendo las ventajas del tipo de cambio". ""Es una apreciación que depende de la temporalidad, cuando empiecen a pasar los meses ese efecto positivo se va desvanecer, y si no se logra contener la inflación nos encontraremos con menos competitividad", concluyó. Los bodegueros esperan reunirse el próximo viernes en Mendoza, en la denominada Mesa de la Competitividad, a la que prometió ir el presidente Macri. Allí planean plantearle la revisión de las ultimas medidas, especialmente la posibilidad de que existan reintegros diferenciales y se atienda el caso de la uva de mesa que tiene altos costos internos dolarizados. La intención es proponerle por ejemplo que aumenten los reintegros cuando exista por ejemplo una apertura de nuevos mercados y aumenten la exportación. También adelantaron que insistirán con el tratamiento en el Congreso de la Ley de uso de jugos naturales en bebidas gaseosas.
Viñateros temen que su sector sea la variable de ajuste
Los productores de uva tienen la preocupación de convertirse en la variable de ajuste del sector industrial frente a las nuevas medidas económicas. Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros Independientes, aseguró que el sector esta "muy golpeado" porque vendió la uva de la última cosecha a precio pre-devaluación y lo seguirá cobrando en cuotas hasta febrero próximo. Añadió que en su entidad temen que los industriales apliquen los efectos negativos de las nuevas medidas al precio que pagan al productor en la próxima cosecha. ""Eso va a pasar porque el productor es la variable de ajuste siempre, la compra de uva está liderada por la oferta de pocos y ponen el precio que quieren" dijo y pronosticó que muchos productores no cosecharán por el alza de costos y el aumento de la energía y combustibles. Pablo Martín, desde la Cámara de Producción, Empaque y Comercio de Pocito (CPEC) en cambio dijo que aún no se pueden hacer pronósticos hasta saber cuáles serán los costos de producción con las nuevas variables económicas. ""Es apresurarse sacar alguna conclusión ahora. Hay lugares donde no quieren vender agroquímicos, por ejemplo, porque no tienen precio", denunció. Coincidió sin embargo en el efecto negativo de los productores que vendieron uva con un dólar a 20 pesos, ""lo que no significa tampoco que el industrial salga ganando porque también le han subido los costos". Agregó que la próxima cosecha puede tener una merma del 20% porque "las yemas traen menos uva" y si sube la exportación se puede equilibrar el mercado.