Los gitanos Romina Juan (32) y su pareja Jonathan Esteban Marcovich (36), ambos de la comunidad gitana de Mendoza, se convirtieron en los primeros en San Juan en conseguir un perdón judicial luego de cometer una estafa millonaria: el juez de Jáchal Martín Peñafort, los desligó con un sobreseimiento por extinción de la acción penal, tras constatar que habían reparado integralmente el perjuicio causado a las víctimas, dijeron fuentes judiciales. En otras palabras, el magistrado cerró la investigación en su contra porque Fiscalía renunció a su facultad de investigarlos y llevarlos a juicio para que los condenen, por la resolución favorable del conflicto, para las víctimas y para el proceso penal, pues devolvieron los 3 millones de pesos que le habían sacado a una mujer de Jáchal en noviembre pasado.
Había sido el abogado defensor de la pareja sobreseida, Oscar Adárvez, quien propuso a los imputados devolver todo el dinero a la víctima (así lo hicieron cuando supieron que los investigaban) y, por enésima vez, intentó conseguir que los desligaran planteándole al magistrado que aplique el artículo 59 del Código Penal (extinción de la acción penal).
Y al magistrado no le quedó más salida que convalidar esa forma alternativa de solución, cuando Fiscalía no se opuso al planteo.
POR UNA ENFERMEDAD
Las víctimas de los gitanos habían vendido una camioneta y contaban con esos 3 millones de pesos para enfrentar un grave problema de salud de un familiar. Pero todo ese dinero, agrupado en 6 fajos de 500 billetes de 1.000 pesos cada uno, es esfumaron en un instante sobre las 11,25 del pasado 26 de noviembre. Esa vez, la dueña de casa, una jubilada de apellido Luna, recibió el llamado de una mujer que fingió ser su hija y la envolvió con tanta habilidad, que luego de pedirle la numeración de los billetes le pasó con otra mujer que simuló ser gerente del banco Nación y se ofreció a mandarle a una persona de confianza, un tal "Gerardo Díaz", para que retire los billetes con la idea de cambiarlos por otros de circulación legal con los que no tendría problemas. Bien vestido y de anteojos oscuros, el sujeto se apareció por la casa de la víctima, retiró el dinero y de paso también le hurtó una cartera con tarjetas que estaba cerca de la puerta. Luego se fue casi a la carrera hasta el auto gris que lo esperaba a unos metros.
Parecía el fraude perfecto, pero con las grabaciones de cámaras de seguridad en Jáchal, los policías de la seccional 21ra. por entonces comandadas por el comisario inspector Armando Ruarte, llegaron a establecer qué auto era (un Peugeot 308). Y luego de cruzar datos con policías mendocinos confirmaron también quiénes eran los posibles autores de la maniobra, capturados luego en Mendoza por pesquisas de aquella provincia en colaboración con efectivos de Defraudaciones y Estafas afectados también a la investigación.