“Soy Alejandro Javier Lucero de la empresa de “Telefonía Móvil” y me comunico con ud. para decirle que por su número de abonado, se hizo acreedor de un premio de $50.000 y un Smart TV de 55 pulgadas”. Palabras más palabras menos, esta llamada, un conocido gancho de los estafadores para incautos, terminó haciendo caer en las redes del engaño a un hombre que teóricamente, por su experiencia, debió quedar rápidamente a salvo: el comisario inspector (RE) y también licenciado en Seguridad e Higiene Rogelio Alcayaga. Sí, el exjefe de Bomberos de la Policía.
Y la sorpresa no es para menos, porque en la denuncia que concretó en la Central de Policía, consta que la tentación del “premio” le significó una pérdida de 184.000 pesos, todo por cajero automático.
Según fuentes policiales, el miércoles 7 de febrero pasado el expolicía denunció que, dos días antes, el tal Lucero lo llamó para hacerlo creer que había tenido suerte, con la exigua exigencia de entregar los números de su cuenta bancaria para poder depositarle el dinero allí.
Hasta allí parecía el procedimiento de rutina, pero luego le pidieron continuar el trámite en el cajero automático más cercano a su casa y Alcayaga -según la denuncia- se trasladó hasta los cajeros del Híper Libertad.
Allí cayó en la trampa porque al seguir las instrucciones telefónicas lo hicieron hacer una transferencia por 42.000 pesos. Y al seguir operando, siempre bajo indicaciones telefónicas, le dijeron que debía sacar un préstamo por $150.000. Entonces Alcayaga objetó que no precisaba sacar un préstamo y menos por esa suma, pero accedió cuando le dijeron que era necesario para recuperar la primera transferencia y que al final le devolverían todo el dinero.
Por increíble que parezca, transfirió a tres cuentas distintas del Banco Nación dos montos por $50.000 y un restante por $42.000. Cuando la comunicación se cortó y cayó en la cuenta de que había sido engañado, juntó los datos que tenía y los aportó a los pesquisas de Defraudaciones y Estafas, que ahora tienen la muy difícil tarea de establecer quién o quiénes son los dueños de esas cuentas.
Ya pidieron un informe a los bancos con la intención de conseguir información, pero los pesquisas temen que, tras el cobro del dinero, ya estén cerradas.
Otros 93.000 a una jubilada de Rivadavia
Además de Alcayaga hay por lo menos tres casos más de engaños telefónicos con el cuento del premio. Siempre se habla de $50.000 y un teléfono y la necesidad de dar el número de cuenta para depositar el dinero, para “blanquear el premio en la AFIP”. Como la mayoría de los engañados están bancarizados y no saben su número de cuenta, los hacen ir a un cajero y allí pierden. Entre los otros estafados están una docente y dos jubilados. Y la más perjudicada fue Yolanda Etelvina Mercado (79). El 29 de enero pasado la llamó “Marcos Reinoso”, le comentó lo del premio, su hija partió a un cajero, sacó un préstamo $93.000 y lo transfirió a una cuenta de un banco de Córdoba. Denunciaron cuando del banco San Juan les informaron que debían pagar.