Víctimas. Víctor Sillero era quiropráctico y pese a sus 87 años aún recibía pacientes en su casa. Vivía con su esposa
Florencia Bustos (86).

 

El testigo se presentó y habló sin vueltas: dijo que, a cambio de la recompensa de $500.000 ofrecida por el Gobierno, aportaría datos claves para esclarecer el doble homicidio del quiropráctico Víctor Sillero (87) y su esposa Florencia Bustos (86) atacados brutalmente a golpes el 23 de mayo pasado en su casa de Rawson (ambos fallecieron días después).

Lo miraron de reojo, pero sus datos resultaron tan contundentes que ese mismo día, el viernes pasado, el juez Martín Heredia Zaldo ordenó a los pesquisas de Homicidios apresar a un vecino y a la vez paciente de Sillero identificado como Sandro Javier Bordón (45) y a una curandera de Chimbas, dijeron fuentes policiales.

Tan contundentes resultaron los detalles que aportó ese testigo, que los propios implicados terminaron por confirmar sus dichos y por eso en la Policía ya se habla de caso esclarecido.

En su indagatoria, la mujer admitió que estuvo con Bordón y le habló de la familia Sillero, pero que ella sólo se limitó a darle ‘ayuda espiritual’, indicaron.

Y el propio Bordón, al dar su versión, dijo que el día y a la hora del hecho estuvo en la casa de los Sillero. Y que incluso alcanzó a ver el cadáver del hombre, pero que se ‘puso nervioso’ y se fue porque no tiene nada que ver con el doble crimen, indicaron.

 

Ahora las autoridades deberán evaluar si pagar o no la recompensa de medio millón.

 

Según los voceros, el juez Martín Heredia Zaldo (ayer este diario no pudo localizarlo) no creyó en los dichos de Bordón y le imputó un homicidio agravado, delito que se castiga con perpetua.

Ambos detenidos se habían entrevistado justo cuando en el mismo lugar, estaba el testigo que decidió delatarlos a cambio de la recompensa porque -dijo- no tiene trabajo a causa de la difícil situación económica.

Los investigadores están convencidos de que el caso está resuelto, porque son demasiadas y muy fuertes las coincidencias entre lo que dijo el testigo y lo que aportaron los detenidos, además de un cúmulo de pruebas que el magistrado ordenó producir, mientras seguía meticulosamente el caso con policías de Homicidios.

Víctor Sillero había sido atacado sobre las 4 del 23 de mayo en su casa del barrio Guillermo Rawson, donde atendía a sus pacientes. Allí habría ido varias veces a atenderse Bordón, como tantos otros.

La sospecha es que ese día, antes de que llegaran otros clientes, Bordón se adelantó y golpeó con algún objeto al dueño de casa y luego a su señora en su dormitorio, en busca de una suma de dinero que no pudo sustraer.
Tan violento resultó el ataque que Sillero no resistió la gravedad de las lesiones y murió el 15 de junio pasado. Y su esposa corrió la misma suerte trágica en un hospital días después, el 20 de junio.