Luego de la derrota en el Estadio Do Dragao por 2 a 1, la Juventus se presentó en Turín con la misión de revertir la historia frente al Porto para avanzar a los cuartos de final de la Champions League. Por lo tanto, en menos de 2 minutos se estableció la tendencia del duelo: un centro de Juan Guillermo Cuadrado para la cabeza de Álvaro Morata hizo lucir a Agustín Marchesín, quien desactivó el peligro con una maniobra exquisita.
La réplica llegó a través del sacrificio de Zaidu Sanusi, dado que el nigeriano logró enviar una pelota peligrosa para la llegada de Mehdi Taremi, quien en una doble oportunidad hizo temblar al arco defendido por Wojciech Szczesny con un testazo que rebotó contra el travesaño. En el norte de Italia había atracción, tensión y nerviosismo.
La sorpresa llegó cuando Björn Kuipers sancionó un claro penal a favor del conjunto de Sergio Conceiçao que Sergio Oliveira intercambió por gol. La conquista en condición de visitante obligó a la Vecchia Signora a marcar por lo menos dos tantos para igualar la serie y extender la definición al tiempo suplementario. Lo único positivo para los de Andrea Pirlo era que todavía al partido le quedaba mucho por jugar.
El empate para el dueño de casa pudo llegar mediante otra aparición de Morata, pero el delantero volvió a perder en el mano a mano con el ex arquero de Lanús. Marchesín agigantó su figura para ahogarle el grito al español.
Antes del descanso el argentino volvió a intervenir para evitar el gol italiano. Fue después de un tiro de esquina en el que Bonucci tenía servido el empate, pero la veloz reacción del arquero reprimió la alegría ajena. La única esperanza local radicaba en una individualidad de su mejor hombre. Pero Cristiano Ronaldo continuaba desaparecido en el pleito.
En la reanudación del compromiso la Juventus revivió por el golazo que improvisó Federico Chiesa. La descarga de CR7 le permitió al italiano festejar el 1 a 1 para alimentar las esperanzas de evitar la eliminación. Además, la insólita expulsión a Mehdi Taremi por demorar el cronómetro complicó el panorama del Porto. La diferencia numérica y de jerarquía de los intérpretes le dio más fuerza a la potencia europea.
Así, unos instantes después el que se disfrazó de bombero fue Pepe. El excentral del Real Madrid consiguió desactivar el peligro con la ayuda del palo cuando Chiesa había dejado en el camino a Marchesín y se encaminaba hacia la red.
Como si se tratara de un encuentro distinto, en el complemento la Juventus reaccionó en escasos minutos y Chiesa fue el encargado de emparejar la serie. El volante que deslumbró por el sector izquierdo pisó el área con firmeza y selló el 2 a 1 para llevar tranquilidad a Turín. Con media hora por jugar, todo indicaba que la Juve se iba a apoderar de los boletos a los cuartos de final. Pero todo se definiría en el tiempo suplementario.
Tras quince minutos de paridad, en la segunda etapa del alargue Sergio Oliveira sorprendió a Szczesny con un tiro libre de larga distancia y encendió las alarmas en Turín: 2 a 2. La segunda conquista del Porto parecía resolver la llave, pero Adrien Rabiot no dio tiempo para los festejos, ya que estableció el tercer grito de la Juve y dejó abierto el final.
La hazaña del Porto terminó con tintes épicos debido al constante esfuerzo y al sacrificio que debieron hacer sus intérpretes para doblegar a una potencia que en ningún momento frenó su intensidad. Hubo sorpresa en Italia. Y Cristiano Ronaldo se quedó sin Champions League.