Se calcula que en la Argentina hay aproximadamente 2 millones de personas con discapacidad en edad laboral que no están trabajando por no existir las condiciones apropiadas para la toma de este personal. Algunos de los motivos por los que se está dando esta situación son las barreras (arquitectónicas, sociales, etc.) que impiden que estas personas puedan realizar alguna actividad laboral en igualdad de condiciones con el resto del personal.

Es abundante la legislación existente con la que se busca promover y asegurar los derechos de las personas con discapacidad para trabajar. A nivel internacional está la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (Art. 27 de trabajo y empleo) que promueve este tipo de trabajo sin mayores trabas ni inconvenientes, poniéndolo al alcance de todo aquel que esté interesado en ejercer una tarea laboral.

A nivel nacional está la Ley 25.689 del sistema de protección integral de las personas con discapacidad, que refiere en sus artículos, que tanto en entes públicos no estatales, las empresas del Estado y las empresas privadas concesionarias de servicios públicos, están obligadas a ocupar personas con discapacidad que reúnan condiciones de idoneidad para el cargo, en una proporción no inferior al 4 por ciento de la totalidad de su personal, y a establecer reservas de puestos de trabajo a ser, exclusivamente, ocupados por ellas.

En nuestro país, desde 2006 están en vigencia diversos programas para inserción laboral de personas con discapacidad en el ámbito privado, los cuales buscan insertarlos en la sociedad brindándoles un sustento económico y permitiéndoles desarrollar sus habilidades. A los empleadores se les otorgan importantes beneficios fiscales y previsionales, tales como: descuento en ingresos brutos, ganancias, contribuciones patronales al contratar por tiempo indeterminado, obra social, ART, entre otros. Esto les permitirá cumplir con las normativas vigentes, permitiendo un impacto positivo en sus clientes, favoreciendo el ambiente laboral, el cual inculca en nuestra sociedad la inclusión y equidad, evitando la discriminación. 

Como ciudadanos debemos reconocer que estamos en un modelo social que permite conocer que la población es diversa, por lo que debemos solidarizarnos tratando de detectar y minimizar las barreras de participación, brindando inclusión e igualdad de oportunidad para todos.

Para muchos empleadores se trata de un proceso dificultoso en sus principios, que luego con el tiempo se hace más natural a tal punto que hay muchas empresas en que el porcentaje de personal con discapacidad es muy alto pero que han logrado una auténtica integración entre este personal y quienes se desempeñan en otras áreas de la empresa desde hace mucho tiempo.