Señor director:

Si hay alguien a quien no se puede engañar es a un abogado y menos aún, una abogada y esto quedó en claro el pasado jueves por la tarde en el Foro de Abogados, donde se reunieron para realizar una asamblea, en la que trataron un tema que atraviesa al país: el proyecto de ley que despenaliza el aborto.

Como mujer, hija y madre de familia, felicito al presidente del Foro, Marcelo Arancibia, a quien escuché días atrás en una entrevista radial, por la imparcialidad con que trató el tema, garantizando la libertad de expresión y la seriedad del debate.

Y resalto sus palabras para DIARIO DE CUYO destacando el debate como "una reunión histórica", en relación a la calidad y el respeto con que los profesionales de la ley trataron el tema.

Arancibia transmitió el pensamiento del 83% de los abogados sanjuaninos y, creo yo, de la mayoría silenciosa del país destacando que la asamblea fue convocada con el fin de que la población jurídica expresara su posición frente a la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la interrupción voluntaria del embarazo.

Así los abogados sanjuaninos se animaron a pronunciarse en tiempos difíciles sobre un tema impuesto por diferentes grupos minoritarios del poder económico y político nacional e internacional como lo es la falacia de "legalizar" el asesinato del niño por nacer.

Tal vez lo más importante fue lo anunciado por el propio presidente del Foro de Abogado, doctor Arancibia, al señalar que "lo que se ha aprobado es una declaración de la abogacía de San Juan en contra de la constitucionalidad de la ley que se debate en el Congreso".

Como madre y como persona apoyo lo expresado por el dirigente profesional y espero finalmente que los señores senadores de la Nación Argentina sepan interpretar el pensamiento y la voluntad de la mayor parte de los argentinos: El genocidio en masa a través de la "interrupción legal" del embarazo -terminología totalmente contradictoria- no tiene argumentos científicos, legales ni intelectuales y por ende sólo atiende a satisfacer los intereses económicos y políticos de quienes propician su debate, malgastan recursos públicos y privados y roban el tiempo y las energías de un país que tiene otras urgencias que debatir.

Expreso también mi acuerdo de con los legisladores locales en comunicar a ambas Cámaras del Congreso Nacional, apoyando la vida desde el momento de la concepción y expresando su no al homicidio legal del niño por nacer.