Nuestra más reconocida biblioteca popular, fundada hace 153 años, la "Franklin”, ha sumado constantes reconocimientos a lo largo de las últimas décadas como la institución de este tipo más importante del país. En cada reunión de la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), o de la Feria Internacional del Libro, cada mes de abril en Buenos Aires, se pone de relieve su magnitud y trascendencia histórica. Y porque se trata de una casa de cultura con imponente edificio propio y un voluminoso patrimonio bibliográfico de valor incalculable, muchos no se explican cómo logra mantenerse en pie sin aportes oficiales estables y solamente con la cuota societaria y un subsidio anual para compra de libros de la Conabip. Aquí es cuando se tiene en cuenta el esfuerzo de los directivos, especialmente en la administración de los ingresos que, además de las cuotas sociales, provienen de un grupo de locales propios de la institución, ubicados sobre calle Laprida, que son alquilados a diversos comerciantes de nuestro medio y con lo que se consigue, escasamente, abonar los sueldos y aportes sociales a los empleados, gastos de mantenimiento, AFIP, y actualización de bibliografía. Si bien todo termina siendo limitado y a veces insuficiente, siempre se ha llegado a cumplir los compromisos y desafíos cada vez más complejos sobre todo en la perseverante tarea de digitalización de la hemeroteca (colección de diarios, revistas y publicaciones periódicas), y la conservación del complejo edificio. Precisamente, las instalaciones exigían reparaciones impostergables por el paso de los años y la presidenta de la institución, ingeniera Rita Avelín, decidió plantear la urgencia al Gobierno de la provincia, logrando una rápida respuesta del gobernador Sergio Uñac. La firma de un convenio a estos fines, en diciembre de 2017, permitió la puesta en marcha de un tratamiento impermeabilizante interno y externo del muro de sótano, además del reemplazo de la membrana asfáltica en la totalidad del techo del edificio. Por tratarse de un compromiso por ambas partes, la Biblioteca Franklin ofreció el proyecto "La Biblioteca Popular en la Escuela”, actualmente en ejecución, por el cual se asocian gratuitamente por un año casi 300 alumnos con los mejores promedios de escuelas públicas y privadas seleccionadas por el ministerio de Educación, además de brindarles talleres que funcionan en la Biblioteca. Paralelamente, a lo largo de este año se han realizado mejoras en la Sala de Teatro, con cambio de entablonado del escenario, pintura en foyer, camarines y baños, para lo que contribuyeron cuatro empresas, Fundación Loma Negra, ColorMax, Seguros Meglioli y Cámara Argentina de la Construcción. A su vez, y gracias a la Conabip, se concretará próximamente el cambio a iluminación Led en las salas de lectura. En lo institucional propiamente dicho se llevan a cabo tareas para preservar la documentación histórica con que se cuenta y conformar un "Archivo Histórico Regional”; la microfilmación del diario "Tribuna”, que se realiza en la Biblioteca del Congreso de la Nación y la digitalización del diario "Debates”, también sanjuanino y ambos del siglo XX, esto último con subsidio otorgado por CEHIPE y Fundación Bunge y Born. Y como siempre, la oferta de la programación cultural es importante, desde el dictado de talleres artísticos, literarios y de idiomas, a conferencias y exposiciones pictóricas. Finalmente, en septiembre pasado, la Directiva presentó en la Cámara de Diputados un proyecto especial que, de aprobarse, permitiría que la Biblioteca abra sus puertas en horario corrido de 8 a 22 horas. 

Por Luis Eduardo Meglioli 
Periodista.Corresponsal de Cadena 3 Argentina en San Juan.