La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró ayer que temía que la propagación del coronavirus esté impulsada por personas de 20, 30 y 40 años, muchas de ellas ignorantes de su infección, lo que supone un peligro para los grupos de población vulnerables.
Las autoridades de la OMS dijeron este mes que la proporción de jóvenes entre los infectados había aumentado a nivel mundial, poniendo en riesgo a sectores vulnerables, incluidos ancianos y enfermos de zonas densamente pobladas con servicios de salud deficientes.
"La epidemia está cambiando", afirmó el director regional de la OMS para el Pacífico Occidental, Takeshi Kasai. "Personas de 20, 30 y 40 años están impulsando cada vez más la propagación. Son cada día más una amenaza. Muchos no saben que están infectados. Tienen síntomas ligeros o a veces ningún síntoma. Aumenta el riesgo de que se extienda a los más vulnerables".
Agregó que todo esto "aumenta el riesgo de propagación a los más vulnerables, los ancianos, las personas enfermas que reciben cuidados a largo plazo, las personas que viven en zonas urbanas densamente pobladas y las zonas rurales insuficientemente atendidas".
Según Kasai, "no estamos viendo únicamente un rebrote, yo veo señales de que hemos entrado en una nueva fase en Asia-Pacífico. Hay que redoblar esfuerzos para que el virus no llegue a las poblaciones más vulnerables".
"Muchos están detectando ahora los brotes más temprano y respondiendo con intervenciones más específicas y un enfoque ágil que devuelve la salud a las sociedades y economías al mismo tiempo", dijo Kasai.
Por estos días, el coronavirus se expande en América y aparecen rebrotes en Europa. Con la llegada del verano a ese continente y la salida de las cuarentenas, se están registrando rebrotes en España, Italia y Francia. Y gran parte de los contagios se dan ahora en pacientes más jóvenes, en muchos casos debido a la vida nocturna, las fiestas y encuentros en playas
sin respetar el distanciamiento social o medidas de prevención como el uso de barbijos. En Italia creen que el aumento del contagio juvenil ha hecho descender la edad promedio de los enfermos de 61 a 40 años.