La Duma el 18 de diciembre del pasado año y posteriormente el Consejo de la Federación el 23 del mismo mes, aprobaron la Ley de Viticultura y Enología en la Federación de Rusia, que se prevé entre en vigor el próximo 26 de junio.
Entre otras cosas la nueva Ley define el concepto de "vino" y, si no se producen cambios próximos, prohíbe el uso tanto de mosto de uva como de vino importado a granel para producción de "vino" en Rusia. A la bebida resultante se le debería aplicar el nombre de "bebida que contiene uva".
Esta medida, que, junto con algunas otras, intenta potenciar la producción local, preocupa seriamente a los importadores y distribuidores de vino en el país y, de manera muy especial a los exportadores españoles.
Informaciones más recientes apuntan a que se ha podido alcanzar un acuerdo para que la entrada en vigor de esta disposición se realice paulatinamente con un periodo transitorio de 3 años y con posibilidad de contingentes anuales de importación.
España es el primer exportador de vino a Rusia con 124,7 millones de litros el pasado año, seguida de lejos por los menos de 90 millones de litros de Italia.
Sin embargo, se invierte el orden en términos de valor, donde los 301,7 millones de euros facturados por Italia en Rusia el pasado año superan notablemente a los 167 millones de España.
Pero es en las ventas de vino a granel donde el efecto puede ser más notable si, finalmente, la nueva Ley entra en vigor tal y como está en la actualidad. Según las cifras de las Aduanas rusas, de los 447 millones de litros que importó Rusia el pasado año, 116 millones fueron a granel . Y de estos,más de la mitad los vende España: 64,7 millones de litros en 2019.
En valor, las exportaciones de vinos españoles a granel supusieron el pasado año 34 millones de euros.Desde la perspectiva española, Rusia es 5º mercado mas importante para el vino a granel español, tras los cuatro grandes productores europeos: Francia,Alemania, Italia y Portugal.
El planteamiento de la nueva Ley frente a los vinos importados a granel esta siendo muy criticado por distribuidores y otros agentes del sector, dado que, por el momento, no existen alternativas locales para sustituirlos. La consecuencia seria un perjuicio importante al consumo de vino en Rusia y un encarecimiento del vino ruso para sus consumidores. De ahí, posiblemente, la propuesta de facilitar un periodo transitorio.