"Plantemos un árbol, plantemos cien más y no destruyamos ninguno jamás”. Es probable que a este fragmento de un conocido poema que nos hacían repetir siempre en las clases de Ciencias Naturales, no todos lo conozcan, especialmente aquellas generaciones más jóvenes a las que, posiblemente, pertenecen las actuales autoridades municipales o de la provincia. Las que tampoco parecen conocer el porqué de la necesidad de tener árboles en una ciudad como la de San Juan, a tal punto de haber permitido que erradicaran alrededor de 50 ejemplares, sobre calle Rivadavia, en el sector donde se realiza la obra de remodelación del área peatonal de la ciudad.
Deseo aclarar que si bien el área peatonal de la ciudad fue inaugurada en 1993, los árboles de ese sector datan de la década del "60 y está visto que pudieron crecer perfectamente. Ahora, si tienen algún problema es por la falta de mantenimiento, riego, limpieza y control fitosanitario.
El gran error que se cometió y que los puede haber afectado es haber cerrado las acequias, lo que hizo imposible observar si los árboles recibían el agua necesaria.
En estos momentos, lo que me preocupa es que se esté pensando en erradicar el resto de los árboles (alrededor de 40), con la excusa de que son peligrosos. Les recomendaría que hagan una visita a la provincia de Mendoza y que recorran sus calles. Tienen árboles más antiguos que los nuestros y los mantienen en buenas condiciones. Cabría preguntarle a las autoridades municipales de aquella provincia cómo hacen para conservarlos.
En el caso de nuestra Peatonal, la excusa de las tazas del árbol no corresponde, ya que el ancho de las mismas alcanza para el crecimiento y la raíces se dirigen hacia abajo. El único problema que se puede presentar es si sus raíces se introducen en un caño. En ese caso se ve cómo se pueden cortar las raíces y se soluciona el problema.
Respecto a seguir con las erradicaciones, recomendaría consultar con especialistas sobre el auténtico estado en que están los árboles, ya que son muy pocas las opiniones especializadas que he podido ver.
Defiendo esta arboleda, porque me da mucha pena de que habrá nuevas generaciones que nunca más verán arboles crecidos en la Peatonal, y deberán acostumbrarse a sentir el calor agobiante en esa zona del microcentro. Para verlos con el mismo tamaño que tenían, deberán esperar más de 70 años, que es el tiempo que transcurrió desde el terremoto del "44, cuando fueron plantados, hasta ahora.
Hay varias razones por las que hay que evitar erradicar árboles en nuestra ciudad y nuestra provincia:
1º- Vivimos en una zona desértica, un solo río y un caudal irregular. Los árboles no son de la región, sino que los adaptamos con mucho cuidado en su crecimiento y mantenimiento. 2º- En algunos lugares como ocurre acá, la deforestación avanza a pasos agigantados. Según dicen los que entienden, los árboles mueren de pie o son cortados a ritmo cuatro veces superior a su sustitución. 3º- la interdependencia entre el árbol y la vida humana, no puede ser más fundamental ya que necesitamos oxígeno y producimos dióxido de carbono (CO2), en cambio el árbol lo requiere y produce oxígeno. Cualquier pérdida de ellos afecta directamente la atmósfera. 4º- De esta forma se mitiga con los árboles el efecto invernadero, se calcula que cada árbol consume un promedio de 6 kilos de dióxido de carbono por año. 5º- Cuando los árboles son abatidos en forma masiva e indiscriminada el CO2 no puede ser recapturado. De modo que causa un desequilibrio. Los árboles que perdemos son responsables del 25% más de dióxido de carbono que hay en el ambiente, ya que no están para consumirlo. 6º- Los grupos de árboles urbanos pueden refrescar la temperatura ambiente del aire en un 10% reduciendo la demanda de aire acondicionado (los toldos de tela aumentan la temperatura).