El hemisferio norte del planeta Tierra está que arde y no lo decimos en sentido figurativo, sino de manera literal. Las temperaturas que se están registrando en los últimos días dan cuenta de uno de los veranos más calurosos de la historia con registros de más de 52 grados Celsius en zonas del noreste de China y de más de 48 grados en las islas meridionales italianas de Sicilia y Cerdeña. Este calor extremo ha hecho también que en Japón se declare una alerta por insolación y que en el Sur de Estados Unidos casi 80 millones de personas hayan comenzado a verse afectadas por un "calor mortal" que puede tener trágicas consecuencias. Europa también está pasando por una situación similar con el grave antecedente del año pasado en el que el calor provocó la muerte de casi 60.000 personas.
En la voz de los expertos, estas son consecuencias del denominado "calentamiento global" que ha comenzado a afectar a la Tierra y que amenaza con cambiar por completo la habitabilidad del planeta.
Informes científicos han concluido que sin una protección drástica del clima, en menos de 80 años unos 2.000 millones de personas -el 23% de la población global prevista para esa fecha- se verán afectadas por un calor extremo y potencialmente mortal, si se mantienen las políticas climáticas actuales.
La Argentina y particularmente San Juan, a pesar de estar en contraestación, por su ubicación en el hemisferio sur, y soportar, en estos momentos, las temperaturas propias del invierno austral, debe prepararse para la próxima temporada estival en la que el calor extremo, sumado a otros factores como el de la sequía y la disminución de las precipitaciones níveas en la cordillera, ofrecen un panorama que puede llegar a ser muy grave si no se implementan en forma urgente medidas para contrarrestar este fenómeno. Las acciones contra la sequía, como las medidas para hacer que el verde gane lugar en nuestra geografía, son las posibilidades de mejorar las condiciones ambientales y así mitigar los efectos del calentamiento global.
Acciones contra el calor en el mundo
En la ciudad de Los Ángeles, estado de California en EEUU, se lanzó una campaña para construir los denominados "centros de resiliencia", zonas de sombra y refrigeración mediante energías renovables, al tiempo que se trabaja en un sistema de alerta temprana de olas de calor.
* La ciudad de Phoenix, en medio del desierto, construye aceras refrigerantes que están recubiertas de un impermeabilizante que consigue que las calles no se recalienten tanto como con el clásico asfalto.
* En Miami, Florida, está prevista la plantación de árboles urbanos y lleva gastado varios millones de dólares en aparatos de aire acondicionado para viviendas sociales, habitadas por personas que pueden resultar víctimas del calor.
* En la ciudad de Santiago de Chile está previsto plantar 33 minibosques que sirvan de refugios térmicos especialmente cerca de escuelas y centros de salud. Los diseñadores de estos refugios sostienen que durante una ola de calor la gente puede acudir a estos centros de refrigeración en la naturaleza para encontrar sombra, descansar y beber agua, que son acciones básicas para contrarrestar las elevadas temperaturas.
* En Europa, en ciudades como Florencia, Italia, donde hay sectores del casco histórico y algunas barridas donde casi no hay árboles, el ambiente se torna muy caluroso, se ha comenzado una gran campaña de forestación por la que se lleva plantados miles de árboles e inversiones por más de 1.000 millones de dólares para reducir el ingreso de autos al centro de la ciudad.
Hay calles céntricas donde se reemplazará el asfalto por baldosas de pietra serena -material propio de la zona- y habrá hileras de naranjos, todo esto para mejorar el ambiente del lugar.
Peligro inminente
Con la carencia de agua que padecemos actualmente y la falta de verde en nuestros valles nos exponemos a que la próxima temporada de verano padezcamos similares problemas a los que sufre EEUU y Europa como otras regiones del hemisferio norte.
Es deber de las autoridades provinciales y de todos los organismos vinculados a los recursos hídricos, como el INA-CRAS y la Mesa del Agua, agilizar las investigaciones tendientes a determinar con qué recursos se va a contar en el futuro próximo y si es necesario encarar obras de infraestructura para abastecer de agua a las áreas pobladas de San Juan. El estudio de los acuíferos y la posibilidad de construir acueductos, entre otros recursos, debe estar en la consideración de quienes tienen la responsabilidad de asegurar la vida en la provincia.
Falta de estrategias en la Argentina
A excepción de unas pocas provincias, entre ellas San Luis, que desde hace unos años viene llevando adelante un interesante plan de forestación con más de cinco millones de árboles plantados, que le ha permitido contar con un verde que ayuda a atemperar la temperatura ambiental en varias zonas, el resto de las regiones del país no han tenido un comportamiento similar. Se han perdido miles de hectáreas de bosques autóctonos por la sequía o por incendios forestales y no se ha hecho nada por intentar una recuperación. La tala indiscriminada en el Norte sigue siendo una costumbre y en el Sur la temporada de verano pasada también hubo incendios que han dejado diezmadas amplias superficies.
En San Juan, la falta de un verdadero plan de forestación que contemple la recuperación de los viveros que dependen del gobierno, como el reemplazo de árboles que se encuentran en malas condiciones sanitarias, la forestación de nuevos barrios y la promoción de bosques, todo esto sumado a la reducción de la superficie cultivable por la escasez de agua, está convirtiendo a la provincia en un páramo donde cada vez hay menos verde.
La sugerencia impartida desde este diario a las autoridades responsables del área forestación de la provincia sobre la necesidad de haber iniciado un plan gradual que contemplara, en una primera etapa, un millón de árboles no ha sido tenida en cuenta, por lo que actualmente San Juan padece la carencia de árboles en lugares claves como son los valles donde se asienta la población y se realizan los cultivos frutihortícolas.
Por Alfredo Correa
DIARIO DE CUYO