Cobró su jubilación, se tomó el micro de vuelta a su hogar, compró algo de carne y verduras para el almuerzo. Y ya estaba a metros de su casa en Chimbas cuando un sujeto en bicicleta le agarró la cartera, la tumbó al piso y forcejeó un poco más con ella hasta quitársela y desapareció. Tan fuerte resultó el shock emocional que sufrió aquella vez Nélida Marina Verón (tenía 61 años, era diabética), que alcanzó a caminar hasta su casa, pero allí se desplomó y nadie pudo revertir esa situación.
Todo pasó alrededor de las 12,40 del 18 de mayo de 2017 en calle Chubut, metros al Oeste de Mendoza, en la Villa El Salvador, Chimbas. Y ayer, en la Sala I de la Cámara Penal, arrancó el juicio para determinar si Matías Leonardo "Loquillo" Rodríguez (28 años) debe o no ser condenado por robo seguido de homicidio, un delito con castigos duros: de 10 a 25 años.
En la primera audiencia, Rodríguez negó haber sido el autor de ese robo y haber causado la muerte de Nélida. "Tuve mis errores pero no tengo nada que ver con ese hecho", dijo ante la juez Silvia Peña Sansó de Ruiz, el fiscal Carlos Rodríguez y su defensor César Jofré. Es más, se preguntó por qué lo detuvieron recién el 15 de mayo, si el cuñado de la víctima, Julio Catalini, lo había reconocido como supuesto autor del robo horas después del hecho porque se lo cruzó en pleno escape. "Por eso no me fui a ningún lado", dijo.
Otro que declaró fue el médico forense Carlos Cantoni. Sus dichos fueron claves, porque a partir de su informe Fiscalía y Defensa sostendrán o no si la causa de muerte de la mujer fue el robo.
Y Cantoni pareció reforzar la teoría fiscal. Dijo que la mujer había muerto por una falla cardíaca, porque en un momento su corazón dejó de recibir sangre y eso pudo ocurrir por una situación de estrés. "No observé una alteración en su corazón por enfermedad, la cardiopatía isquémica que causó su muerte, pudo producirse por una gran descarga de adrenalina por estrés", dijo el profesional.