El 12 de abril pasado dijo basta y decidió denunciar. Ese día, la joven de 21 años estaba en su habitación con su pequeña hija de 4 años cuando su padrastro se metió en su cama y la violó. No le importó que la menor estuviera viéndolo, que llorara. Hasta amenazó a la pequeña. Un par de horas después, el sujeto de 44 años se fue al puesto de animales en el que estaba el resto de su familia, en una zona alejada de Caucete. Su hijastra en cambio partió a lo de una tía y le pidió que la acompañara a poner la denuncia.
La chica decidió denunciar luego de ser violada delante de su pequeña hija de 4 años.
Y desde entonces todas fueron complicaciones para ese sujeto, pues ahora el titular del Tercer Juzgado de Instrucción entendió probado ese último ultraje sexual y procesó al hombre con prisión preventiva por esa violación, agravada por ser el encargado del cuidado y la guarda de la chica, dijeron fuentes judiciales.
Cuando la joven llegó a la Comisaría de la Mujer a relatar cómo habían ocurrido los hechos ese día, reveló una experiencia terrible a manos de ese hombre, pues aclaró que esa violación había sido una de las tantas que había sufrido en los últimos cinco años.
El pasado 12 de abril, luego del almuerzo, su madre y sus numerosos hermanos se fueron al puesto, como todos los días. Ella se quedó porque quería llevar a su hija al médico, pero antes pasó por lo de su tía. Allí se topó con su padrastro comiendo asado y tomando vino. La chica pensaba quedarse en la casa de esa familiar, pero su padrastro se lo prohibió y la mandó de vuelta a la casa que compartían. Allí llegó un rato después y la sometió, precisaron los voceros.
Luego de la denuncia, un médico la revisó y constató las lesiones del ataque sexual. Y un psicólogo evaluó como muy verosímil el relato de la chica, por los elevados montos de angustia y otros indicadores verbales y gestuales que sirvieron para sostener que no mentía. El puestero no dijo nada en su favor. Seguirá preso.