Implicados. Mario Durquet, a la derecha, fue juzgado por delitos de lesa humanidad en Mar del Plata. En San Juan fue procesado por el crimen de Rojas. De pie, a la izquierda, se encuentra Gustavo Demarchi, otro que está en la mira.

 

Era un importante eslabón de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), una organización de choque de ultraderecha, de pensamiento xenófobo y autoritario, que tenía su base en Mar del Plata y que se convirtió en un brazo de la tenebrosa Triple A. Como miembro de ese grupo paramilitar que cometía asesinatos con fines políticos, Mario Ernesto Durquet (68) participó del crimen del diputado nacional justicialista Pablo Ramón Rojas, el 3 de noviembre de 1975, del cual nunca fue juzgado, al igual que otros cómplices. Ese escenario plasmó el juez federal Leopoldo Rago Gallo, quien procesó al implicado como coautor de homicidio agravado. La resolución es histórica, ya que la causa se reabrió porque tanto el magistrado como el fiscal Francisco Maldonado consideraron que se trató de un delito de lesa humanidad, por lo tanto imprescriptible. Así, investigaron a Durquet mientras estaba detenido y siendo juzgado por hechos similares en Mar del Plata.

El asesinato de Rojas reveló el alcance de la violencia política durante un gobierno democrático, previo al golpe de Estado. ¿Por qué una organización con sede en Mar del Plata desembarcó en San Juan para cometer tal homicidio? De acuerdo al expediente, la CNU registraba vínculos importantes con espacios sindicales, entre ellos, el vitivinícola. Justamente, Rojas era un político y gremialista vinculado a dicho sector, quien, desde su banca, promovió la sanción de una ley para fomentar el envasado de vinos en origen. Pero la iniciativa resultaba perjudicial a los intereses de la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas (FOEVA), cuyo secretario General Adjunto era Delfor Ocampo, quien a su vez estaba fuertemente enemistado con el entonces legislador y se comprobó su vínculo con la CNU. En el gremio interpretaban que por dicha norma iban a perder afiliados y por ende, poder en las grandes capitales, sobre todo en Buenos Aires, donde había plantas fraccionadoras que envasaban el vino que salía de San Juan.

 

Dirigente. Pablo Rojas fue un político y gremialista
que impulsó una norma que molestó a FOEVA.

Ocampo fue condenado como instigador del homicidio y la ejecución de la maniobra implicó un despliegue de hombres que había patentado la CNU (ver nota vinculada). Al salir de la casa de su amante, Rojas fue emboscado por sicarios: dos subieron a su Ford Falcon y a bordo de un Peugeot 504 estaban otros que actuaron de refuerzo. El diputado se defendió y mató a balazos a Carlos "Flipper" González e hirió a Fernando Alberto Otero, quien luego fue detenido y sentenciado.

En la investigación contra Durquet y por las pruebas que recolectó, Rago Gallo lo ubicó como uno de los coautores. Con los anteriores implicados y otros (ver clave), fue uno de los integrantes del grupo de choque que cometió homicidios en Mar del Plata, por los que fue condenado. Además, fue quien visitó a la pareja de Otero en el exhotel Nogaró y le ordenó el retiro de un cheque librado por FOEVA y quien ayudó a la hermana del fallecido González al traslado del cuerpo a Buenos Aires.

 

El destino de los implicados

 

El instigador

Delfor Abraham Ocampo fue condenado en 1982. Estuvo detenido en el Penal de Chimbas desde su detención hasta marzo de 1987, cuando obtuvo la domiciliaria por una enfermedad. Murió en 1999.

 

Exmilitar y nazi

Fernando Otero fue otro de los condenados por el crimen. Según el expediente, se desempeñaba en el Ejercito hasta que fue puesto a disponibilidad por acciones irregulares. Se definía como nazi.

 

Muerto tras el ataque

Carlos Hugo "Flipper" González resultó herido, al igual que Otero, en el ataque a Rojas, aunque luego falleció. Su cuerpo fue encontrado en Mendoza, en la zona de Tierras Coloradas, Papagallos.

 

Prófugo

Federico Delgado es otro de los miembros de la CNU sobre el que se sospecha que participó del atentado. Está prófugo desde 2008 y sobre él pesa una recompensa de 500 mil pesos.

 

El exfiscal

Rago Gallo y Maldonado también investigan al exfiscal Gustavo De Marchi como uno de los jefes de la CNU y su presunta vinculación en el crimen de Rojas. Fue condenado en Mar del Plata.

 

 

>> La otra pata de la investigación 

 

Además de Durquet, la lupa del juez Rago Gallo y el fiscal Maldonado está puesta en Gustavo De Marchi, quien fue fiscal y es señalado como uno de los líderes de la CNU. Luego de que asesinaran a Rojas, los sicarios huyeron en un Peugeot 504, el cual fue abandonado en la ruta 40, en Media Agua. En el interior del vehículo, la Policía halló tarjetas del entonces fiscal De Marchi. El sospechoso estuvo en Colombia, aunque fue extraditado para el juicio de la CNU en Mar del Plata. La Fiscalía y el Juzgado Federal Nº2 solicitaron su indagatoria, pero se han topado con una traba legal burocrática. De Marchi fue extraditado sólo para la causa marplatense, por lo que ahora están revisando todas las alternativas a través de las áreas de Cancillería, informaron fuentes judiciales. De Marchi, al igual que Otero y Durquet, fue condenado en 2016 en Mar del Plata.

 

 

Una organización terrorista, paramilitar y de ultraderecha

 

Registro. En el expediente hay constancias de cómo quedó el auto de Rojas. Aunque se defendió a los tiros, el legislador fue acribillado a balazos.
 

 

De acuerdo al expediente, la CNU nació en 1968 como una fuerza de choque dentro de la derecha peronista en el ámbito universitario. Al menos desde mediados de 1974 pasó a ser un brazo regional de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) y al año siguiente se convirtió en una herramienta del Estado. Dependía de la Policía de Buenos Aires y de las Fuerzas Armadas. Desde sus inicios, su proyecto estuvo enrolado en un pensamiento único, xenófobo, autoritario y excluyente. La organización se dedicó a perseguir opositores políticos. En su temible curriculum figura el episodio conocido como "cinco por uno", que se trató del asesinato de cinco personas como represalia por el homicidio de uno de los líderes de la CNU. Este último hecho se le atribuyó a la organización Montoneros. En el ataque llamado "cinco por uno" participó "Flipper" González, quien también actuó en el crimen de Rojas. De hecho, en distintos atentados que llevó adelante la CNU aparecen los nombres de González, Durquet, Delgado y Otero, según un testigo de la causa. Y en todos los casos la modalidad fue la misma que se aplicó en el crimen del diputado: las víctimas eran opositores políticos que terminaban acribillados, sus cuerpos aparecían en zonas alejadas, se utilizaban armas del mismo calibre, como pistolas 9 mm y 11.25 y los secuestros eran realizados por varias personas.