El juez federal Leopoldo Rago Gallo resolvió procesar con prisión preventiva al corredor de motos Gerónimo Alberto Zapata Bacur (20), al piloto de rally y transportista Fernando Reyes (40), a la esposa de este, Eugenia Senatore (37), y a su hijo Gonzalo Reyes (18) por el contrabando de motos descubierto el último 22 de abril en Las Flores, Iglesia. Ordenó que los cuatro continúen presos porque entiende que podrían obstaculizar la investigación e impedir así la detención de otros involucrados. También les trabó un embargo a cada uno por 800.000 pesos, informaron fuentes judiciales.
El hecho por los cuales fueron procesados Zapata Bacur y los Reyes, hijo y nieto de la concejal chimbera María Arredondo, ocurrió cuando los tres hombres se fugaron en una camioneta Toyota Hilux en la que llevaban ocultas bajo una carpa tres motos KTM edición limitada Six Days (dos 300cc y una 250cc) de un control de los carabineros, en la ruta nacional 41, en Chile. Tras el incidente, los carabineros pusieron en alerta a los gendarmes apostados en Guardia Vieja, Iglesia.
En ese lugar, los uniformados trataron de detenerlos, pero los tres siguieron y se llevaron por delante bayas y conos del control fronterizo, según la resolución.
Luego, los ahora procesados siguieron escapando por una huella y cuando la camioneta se averió, armaron las motos que traían, les rompieron las luces y continuaron huyendo de los gendarmes y del personal aduanero en la noche. Al día siguiente, los sospechosos se entregaron y un día después, las motos fueron encontradas ocultas en un monte en Bella Vista.
Para el juez Rago Gallo los tres “hacían del contrabando una actividad habitual” y no pudieron justificar sus constantes viajes y cortas estadías en Chile. Por eso los procesó por contrabando calificado: no declarar y ocultar mercadería, usar una huella para evadir la aduana y Gendarmería y el daño de elementos en el control fronterizo (artículos 864, incisos a y d; y 865, inciso a, de la ley aduanera). Además, les achacó resistirse a la autoridad.
A Eugenia Senatore, que es empleada pública, le imputó la figura de coautora funcional en el contrabando.
Para el magistrado quedó probado que era parte de la “banda” porque mientras los sospechosos escapaban por el campo, le llamaron por teléfono para avisarle de la situación y ella de inmediato ordenó a un empleado que tirara o quemara dos cuatriciclos que no tenían papeles y que guardaban en un taller de calle Pueyrredón, Capital. Además, la mujer firmó una autorización para que Zapata Bacur manejara su Toyota Hilux, en la que fueron sorprendidos contrabandeando las motos.