El juez de Instrucción Martín Heredia Zaldo consideró ayer que el profesor de Tecnología Jorge Roberto Plaza (60) pudo invadir la intimidad y el pudor de tres de sus alumnas con sus contactos corporales y su cercanía el día que les tomaba una prueba, el 12 de mayo pasado en la Escuela de Enología.
También entendió que esa conducta pudo ser inapropiada, desagradable y hasta repulsiva y alejada de la prudencia y sobriedad aconsejadas para su rol docente, pero aseguró que a la luz de la ley ese proceder no constituyó un delito y lo desligó con un sobreseimiento. En cambio, entendió que sí cabía procesarlo por haberle tocado la cola a una cuarta de esas niñas cuando le fue a preguntar por algo que no entendía del examen, y calificó esa acción como un abuso sexual agravado por su condición de educador (delito excarcelable), es decir por ser cometido por alguien que debía vigilar, amparar y educar a esa alumna, dijeron fuentes judiciales.
De todos modos, decidió excarcelarlo pues evaluó que no se fugará ni entorpecerá la investigación. El mismo Plaza había decidido entregarse el viernes 19 de mayo pasado con la intención de demostrar que no había cometido ningún delito, según declaró públicamente. Hasta ayer, pasó 21 días encerrado en la Central de Policía.
El informe psicológico del docente arrojó que no presenta los rasgos de un sujeto pedófilo
Había causado un revuelo mediático y también institucional la divulgación de las quejas de los padres de esas cuatro niñas aquel 12 de mayo. Al punto de que en el Ministerio de Educación no tardaron separar de su puesto al docente y el fiscal General de la Corte, Eduardo Quattropani, armó un equipo de tres fiscales para intervenir en las denuncias.
Se suponía que en el Anivi (Centro de Abordaje de Menores) se multiplicarían las quejas por supuestos abusos contra Plaza, pero allí se escucharon sólo los reclamos de cuatro de esas alumnas y sus padres.
Plaza no dio su versión cuando fue trasladado al Cuarto Juzgado de Instrucción para conocer las pruebas en su contra y los delitos que, entonces, le atribuían. Y ayer volvió a decir que no opinará, públicamente, de lo que dijeron sus alumnas: ‘Sobre la causa no voy a opinar; sobre las opiniones de mis alumnos no voy a opinar‘, aseguró. Ahora, su defensor Juan Bautista Bueno, puede apelar.