La Cámara de ópticas y afines de San Juan aconseja que los anteojos deben ser adquiridos en las casas de ópticas habilitadas, porque detrás de estas, hay un óptico técnico matriculado.
El 13 de diciembre pasado fue celebrado el Día de Santa Lucía, patrona de la vista. Es por ello que los ópticos, eslabones indispensables en la cadena de salud visual, festejamos en esa fecha nuestro día.
Como profesionales de la Salud Visual de la población sanjuanina, nos cabe una ardua tarea, sobre todo cuando se tocan temas tan sensibles como la concientización respecto del uso de los anteojos.
Es nuestro deber alertar acerca de la grave situación que está generando el uso, sin control alguno, de anteojos comprados en lugares no habilitados a tal fin.
En efecto, entre las amenazas que diariamente acechan a nuestros ojos, una de las más graves son los anteojos "truchos". Hoy se pueden conseguir anteojos pre graduados y de sol prácticamente en cualquier negocio, en una juguetería, una casa de ropa de marca, un supermercado, farmacias, estaciones de servicio o en la calle, aunque existe legislación nacional, provincial y municipal vigente donde se establece que estos sólo pueden ser adquiridos en casas de óptica habilitadas por Salud Pública.
El problema de estos anteojos radica pura y exclusivamente en el cristal. Sabemos que entran al país sin ningún tipo de control de calidad. Habitualmente un anteojo de sol tiene un cristal con un filtro que selecciona la intensidad de los rayos, en tanto los truchos tienen un plástico que además de no filtrar, al oscurecer la visión, hace dilatar la pupila y ocasiona que llegue más luz a la retina, con todas las consecuencias que esto puede traer.
En realidad estas lentes de sol "truchas" generan un efecto lupa del rayo dañino, ya que al colocarse por delante de los ojos, generan que la pupila perciba baja luminosidad y, en consecuencia, se dilate, abriéndose en mayor medida para permitir el ingreso de mayor cantidad de luz. Esto provoca que ingresen al ojo muchas más radiaciones nocivas que no están siendo filtradas por un buen anteojo para sol.
Asimismo, estos lentes modifican la percepción de los colores, distorsionan las imágenes y dificultan la percepción de las distancias.
"Usar anteojos de corrección o de filtrado no debidamente recetados ni fabricados a medida puede causar varios tipos de daños. Entre ellos, afecciones y deterioros que pueden registrarse en todas las capas del ojo, incluyendo la córnea, la conjuntiva, el cristalino y hasta la retina", según explica Ernesto Ferrer, vicepresidente del Consejo Argentino de Oftalmología.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de gafas protectoras y explica en su página web que "las radiaciones ultravioletas (UV) ocasionan los efectos agudos conocidos como fotoqueratitis (inflamación de la córnea) y fotoconjuntivitis (inflamación de la conjuntiva)".
Por Mónica Zimmermann
Presidente Cámara de ópticos y Afines de San Juan (COASJ)
