Lo que en principio iba a ser una fiesta del deporte, se transformó en un caos. La llegada del Dakar a Bolivia estuvo revolucionada por las diferentes protestas contra el Código del Sistema Penal y, de paso, dejaron en claro que no quieren a la competencia en el altiplano. 

 

“Dakar, no; hospitales, sí”, “Ni Dakar, ni Código Penal”, eran los estribillos de los protestantes en el centro de La Paz, sede del gobierno de Bolivia. 

 

 

La Policía actuó después que los primeros vehículos de apoyo del Dakar fueron impedidos de seguir su ruta. En la desesperación los manifestantes comenzaron a lanzar objetos a los vehículos lo que causó más de un incidente a los conductores y les obligo de inmediato de cambiar de ruta. Hubo detenidos y algunos heridos leves. Las últimas informaciones indican que la plaza fue desconcentrada.