Quiero arrancar con el trabajo que a mí me toca hacer, que es el de editar el diario. Hay dos o tres cosas que me quedarán marcadas a fuego, y tienen que ver con la decisión editorial de avanzar o no sobre noticias estruendosas. La primera y tal vez la más fuerte, fue la declaración en sede judicial de Juan Brozina, el exadministrador del Arzobispado, quién acusó al exobispo de San Juan de gastar plata de la curia sanjuanina para ’tapar’ la paternidad de algunos sacerdotes. Obviamente esa declaración fue una estrategia defensiva, ya que Brozina había sido acusado por Alfonso Delgado de quedarse con la plata que administraba.

 

Lo pensamos mucho porque era avanzar sobre algo que muchos creen que ocurrió, pero de lo que no hay pruebas. De hecho la Justicia terminó archivando todas las sospechas sobre la administración del Arzobispado, salvo las que cayeron sobre Brozina. Avanzamos. Y no sólo en ese aspecto, por primera vez alguien se animó a interpelar la administración de la curia y las decisiones que Delgado había tomado. No fue fácil. ¿Presiones? siempre las hay, y con un tema tan sensible, muchas más, pero avanzamos.

 

Más o menos pasó lo mismo con la denuncia por los seguros del Estado, la famosa causa ART. ¿Quién es el principal apuntado? El exgobernador y actual diputado nacional José Luis Gioja, el hombre de mayor poder político de la provincia de los últimos 12 ó 15 años y actual presidente del PJ nacional. Se avanzó. Se sigue avanzando, y se seguirá en la misma línea, hasta que la Justicia lo diga. No vamos más allá de ella, nunca lo hicimos. Esta última fue especial, por las presiones que hubo. Al Gobierno no le convenía, la oposición calló, los referentes del Gobierno Nacional en San Juan, supuestos opositores de Gioja se hicieron a un costado, y la Justicia mira aún para otro lado. Si lo pensamos fríamente, nunca debimos haber puesto en discusión la posibilidad de no avanzar, pero en una provincia cuya Justicia se arrodilla ante el poder político, es bastante más difícil.

 

En esas dos noticias hubo lo que debió haber siempre: coraje para enfrentar la dura carga que implica desmantelar viejas estructuras, enquistadas en el poder y en la mismísima idiosincrasia de los sanjuaninos. Pocos cuestionan a Gioja y pocos cuestionaron a Delgado. Nosotros lo hicimos. Nada de lo que se hizo pudo haber ocurrido sin la aprobación de los directores y los lectores del diario, y a ellos va mi público agradecimiento por la confianza. Y, también, nada pudo haberse hecho sin el esmero y dedicación de los profesionales que aquí trabajan. Para ellos, todo mi respeto y reconocimiento.

 

 

La tarea de los periodistas, en primera persona