Luego de analizar el perfil de los 14 nuevos fiscales y ver su desempeño "en el campo", el jefe del Ministerio Público, Eduardo Quattropani, armó el organigrama y la distribución del equipo para el sistema acusatorio, al que se suman los que ya venían cumpliendo tareas en el esquema anterior. El peso, ahora, estará en los fiscales, ya que la investigación de los delitos quedó en sus manos, quienes, en un trabajo conjunto con la Policía, reunirán las pruebas y acusarán a los sospechosos ante los jueces, los que actuarán controlando que se respeten las garantías constitucionales. "A partir de la vigencia del nuevo sistema, habrá un ejército de fiscales y ayudantes fiscales al servicio de la gente", destacó Quattropani, quien resaltó que "el éxito está asegurado".

El tradicional esquema se denomina inquisitivo en primera instancia, dado que el juez investiga y decide la presunta responsabilidad del imputado, y mixto en la etapa de juicio, en la que el fiscal acusa y los camaristas condenan o absuelven. Las críticas abundan sobre ese sistema debido a su escaso nivel de resolución de causas, el cual roza el 9 por ciento, según las estadísticas de la Corte de Justicia. Por eso, la gestión uñaquista encaró la implementación del acusatorio, en una política de Estado que incluyó el trabajo de magistrados del Poder Judicial y el aporte legislativo de la Cámara de Diputados.

En ese contexto, se apunta a una mayor eficacia y celeridad en la solución de los expedientes. Un punto clave es la creación de Unidades Fiscales de Investigación (UFI) especializadas en delitos. Así, Quattropani destacó que "tendremos una especie de cuatro grandes estudios jurídicos dedicados a la atención, la investigación y litigación". Es que, además de los magistrados (ver infografía), habrá un total de 96 ayudantes fiscales, los funcionarios que acuden al lugar del hecho con los policías en función judicial. Una de las UFI es la llamada Cavig, que tramitará los casos de violencia intrafamiliar y de género. Otra es la UFI Anivi, que seguirá las causas de abusos sexuales contra menores de edad, y una tercera es la de Delitos Especiales, que contempla los asesinatos, los homicidios culposos (accidentes de tránsito y mala praxis médica) y los hechos delictivos contra la administración pública. Cuando arranque el acusatorio, todas esas causas se distribuirán entre las unidades, lo que aliviará el trabajo de los jueces Correccionales y de Instrucción que se queden con el grupo de delitos restantes que contempla el Código Penal dentro del viejo sistema, como las lesiones y los hurtos para los Correccionales y los robos para los de Instrucción. La presidente de la Corte dijo que, a medida que se vayan resolviendo las causas residuales del inquisitivo mixto, se irán incorporando progresivamente delitos al acusatorio para que todo, en un futuro, esté bajo ese régimen.

Entre las UFI se encuentra la de Flagrancia, la que se estrenó en agosto de 2017, y Quattropani destacó que las otras áreas funcionarán bajo el mismo principio de atención las 24 horas todos los días del año. Además, los fiscales contarán con herramientas alternativas para solucionar conflictos, como la reparación integral del daño ante ciertos delitos, la mediación y la conciliación entre las partes, la aplicación del principio de oportunidad para dejar de lado hechos sin gravedad, aunque la víctima podrá seguir de manera particular el caso, además de herramientas ya usadas como la probation y el juicio abreviado.

 

Actuación

Identificado el sospechoso, el fiscal le comunica, en presencia del juez y del defensor, el hecho, su calificación y la prueba en su contra. Dicha etapa dura un año, prorrogable por seis meses. El fiscal cierra la investigación preparatoria y puede acusar al imputado al formularle cargos o solicitar su sobreseimiento. Hay una audiencia de control, en la que el juez dicta o no la apertura de juicio.