Lo de "abrir la Caja de Pandora" se trae a colación cuando alguien, por torpeza o mala fe, destapa algún asunto que se preveía iba a quedar oculto, con consecuencias funestas para él o para otros. Puede aplicarse a muy diferentes esferas: políticas, comerciales, amorosas etc. Es la versión oculta de "descubrir el pastel", entre otras expresiones. También se utiliza cuando una decisión imprudente desencadena un proceso que luego no controla y que acarrea toda suerte de desgracias. Pandora fue, según el mito, la primera mujer sobre la Tierra. Se la ha llamado la Eva Griega, no sólo por haber sido la madre primigenia. Para Hesíodo (autor griego de poemas didácticos) era la forma cruel y refinada que tomó una de las más célebres venganzas de Zeus (Dios del cielo) y Señor de los dioses; divinidad suprema del Partenón griego, tanto es así que el poeta no le ahorra improperios: "excelso engaño", "agobio para los mortales" etc. ¿Qué habían hecho los hombres para merecer semejante castigo? La lógica no es precisamente lo que rige al mundo mítico. Quien había provocado la cólera del dios, fue Prometeo, personaje de la mitología griega, iniciador de la primera civilización humana; robó del cielo el fuego y lo transmitió a los hombres por sus reiterados enfrentamientos al orden establecido. La gota que había colmado el vaso, fue el que se le entregara el fuego a los mortales. Los dioses no sólo lo castigaron a él, lo encadenaron en una cumbre del Cáucaso donde un águila le devoraba el hígado que se regeneraba continuamente, sino también a su familia y al resto de los humanos.Todos ellos se pusieron manos a la obra. El resultado fue la irresistible Pandora (Pan: todo, dora: regalo). Se la endosaron al humano tonto de Prometeo Epimeteo junto con un presente de bodas envenenado. La famosa Caja, bajo cuya tapa se escondían todos los males. La curiosa Pandora, al levantarla con sus manos los esparció y a los hombres les aportó calamidades terribles. "Eran más de diez mil", las concreta el minucioso Hesíodo quien acababa el cuento con la siguiente moraleja: "Y así que de ningún modo es posible escapar al designio de Zeus". Como tantas otras veces en los mitos la conclusión resulta arcana y desconcertante, aunque bien pensado, quizá no tanto. Si reflexionamos en profundidad esta ficción y a la luz de lo que le está ocurriendo a la humanidad, se me ocurre esta pregunta: ¿no habrá alguien capaz que se atreviera a cerrar definitivamente, la Caja de Pandora?