Por Minuto Uno / Luli Carossia

Un video de Paulina Cocina en Instagram puso en la mesa el debate sobre el ghosting. La cocinera e influencer se mostró en contra de esta práctica que tomó mayor relevancia en los últimos años por el aumento del uso de las redes sociales y la facilidad que parece tener el hecho de dejar al otro y desaparecer de su vida sin dejar rastros.

Derivado de la palabra ghost (en inglés, fantasma), el ghosting consiste en terminar una relación afectiva o un vínculo con una persona de un día para otro, sin previo aviso y cortando todo tipo posible de comunicación.

“El ghosting nos relaciona con un fantasma, con algo sin vida. Estamos hablando del que se esfuma porque no es capaz de ser vital, de ser maduro, de enfrentar la verdad. No sabe acercarse a la realidad de la vida”, explica la psicóloga Yolanda Weiss consultada por minutouno.com

El que deja, de alguna manera, no se atreve a decirlo. “Psicológicamente podemos decir que es un inmaduro, desde el punto de vista ético podríamos decir que es un miedoso o un cobarde, porque no puede enfrentar la verdad”, agrega la Licenciada.

Hacer ghosting puede ocasionar que el que deja se mienta a sí mismo, apelando a los denominados mecanismos de defensa, como pueden ser decir cosas del otro por el cual lo abandona e incluso negar la agresión que esto implica.

“Está negando es su propia agresión, se está mintiendo, de alguna manera está ‘matando’ al otro porque desaparece de las redes sociales, de todos lados. Esto implica matar un vínculo y hacer de cuenta que el otro no existe”, indica Weiss.

"Esto es típico –menciona la psicóloga- de los que cosifican los vínculos, que no pueden vincularse con una persona que siente y sufre. Se relacionan con una cosa que la dejan de usar cuando no tiene más sentido".

“El que lo hace está mostrando, como mínimo, inmadurez, que puede ser transitoria o parte de su propia vida”, agrega la Licenciada sobre los motivos que llevan a alguien a hacer ghosting.

Las consecuencias psicológicas del ghosting

“El que hace esto no aprende de las experiencias”, advierte Weiss. Los vínculos suelen tener un principio y un fin, y uno va aprendiendo de los vínculos acerca de uno mismo, de los otros y de los mismos vínculos.

Por el contrario, “el que hace ghosting no aprende, se esfuma, borra una experiencia”.

“Por eso podemos decir que el ghosting es una muerte sin que corra sangre, solo corre la ignorancia del otro, el dejarlo de lado, el no escucharlo. Y privar todos los medios de comunicación con ese otro”, concluye la psicóloga.

La tecnología, el amor líquido y la facilidad para ghostear

“Al que deja, psicológicamente se lo llama un narcisista, solamente piensa en él, no toma en cuenta al otro. Los otros existen porque le sirven a esa persona, no piensa ni siquiera en plantear y ayudar al otro a que pueda mejorar a través de la equivocación en el vínculo”, menciona Weiss al respecto.

A esto se le suma el uso de la tecnología y la facilidad para desaparecer de todo tipo de red social y de posible conexión virtual con el otro.

“La vida social ya se ha transformado en una vida electrónica o cibervida”, mencionaba Bauman al respecto sobre una actualidad en la cual todo sucede a través de una pantalla, lo que le otorga facilidad a la práctica del ghosting.