La senadora Cristina Fernández de Kirchner echó mano a una palabra inexistente, "machirulo", para salir al cruce de las críticas recibidas del presidente Mauricio Macri por el polémico tema de las tarifas.
La novedad, que pronto se convirtió en tendencia en las redes sociales, llevó a muchos a buscar en el diccionario de la Real Academia el significado, para enterarse que el término no existe siquiera como neologismo.
Entre quienes analizan el lenguaje de los "bajos fondos", especularon con que el término es un acrónimo entre macho y chulo.
En ámbitos feministas, algunas mujeres lo utilizan para definir al "hombre machista". Se trata de un vocablo coloquial con un claro matiz despectivo, pero la RAE no lo incorporó, al menos aún.
En el cada vez más activo sector LGTB, lo utilizan para referirse a un hombre gay que exhibe formas "convencionalmente muy masculinas".
Se trata de un insulto "proferido contra una mujer lesbiana con apariencia muy masculina", añade el diccionario gay-lésbico de Félix Rodríguez.
Como sea, el término, emitido como reacción a boca de jarro por una expresidenta, generó revuelo, y no sólo político.