El derrumbe en el horno de cal de la calera Serrano, ubicada en Los Berros, se cobró dos vidas: la de José Mercerí y la de Matías González.

 

Merceri tenía 26 años y era papá de un nene y una nena, de 4 y 5 años respectivamente.

 

Por su parte, González, que tenía 21 años, no tenía hijos ni novia.

 

Ambos murieron aplastados después de que se derrumbara un horno calero en el que trabajaban realizando un parche.

 

En tanto, el otro obrero, Ernesto Vargas (57), quedó gravemente herido y pelea por su vida.