Según publica hoy Clarín, tras los malos resultados de las pruebas Aprender en el país, los 24 ministerios de educación del país que vienen cocinando, a fuego bastante lento, una reforma drástica de la secundaria, que empezaría a implementarse el año que viene en algunas escuelas. Los lineamientos fueron presentados al presidente Macri el miércoles pasado y posiblemente sean tratados esta semana en la reunión del Consejo Federal de Educación que se hará en Córdoba.
De avanzar con esta reforma, en 2019 todas las provincias ya deberán tener su plan de implementación. Los cambios obligarán a los equipos docentes de cada colegio a presentar un proyecto educativo que le dé sentido a la escuela y, de este modo, motive a sus estudiantes. Cada escuela, además, deberá planificar el año especificando cuáles son los indicadores de mejora que se plantea, de acuerdo a los datos y el informe que entrega la prueba Aprender. No habrá más “profesores taxi” que trabajan pocas horas en muchas escuelas y tienen poco contacto con sus alumnos. En su lugar, los profesores serán designados con cargo y jornada completa para una misma escuela, y así se espera que tengan más contacto con los alumnos. Y cambiaría la forma de acreditar los conocimientos: se piensa en flexibilizar la clásica repitencia, un sistema que demostró no tener éxito y provoca que muchos alumnos, especialmente de los sectores más vulnerables terminen abandonado el colegio.
“Hay un alto consenso de que el nivel medio necesita urgentemente un cambio. Los alumnos no están entusiasmados, se aburren. En diez años hubo un 70% más de inversión en la secundaria: se pasó del 1.1 % del PBI en 2005 al 1.8 % en 2015. Pero no se logró revertir el abandono y la baja formación de los egresados”, dicen en el Ministerio de Educación.
Clarín accedió al documento con el que trabajaron equipos de los 24 ministerios en una reunión que se hizo en Bariloche hace un mes. Allí están expresados los puntos más importantes de esta reforma, reunidos en ocho capítulos principales: organización de los tiempos escolares; evaluación, acreditación y promoción; trabajo por proyectos de aprendizaje interdisciplinario; planificación institucional del aprendizaje; desarrollo profesional docente; saberes emergentes; capacidades; y aprendizaje comunitario/servicio.
Los cambios implican una reformulación del contenido curricular de la escuela media. Se piensa en menos materias, que garanticen los saberes prioritarios y las capacidades fundamentales que “preparen a los jóvenes para el desarrollo personal, social, cultural, laboral y productivo”.
El Ministerio tiene ahora como objetivo aprobar en noviembre de 2017 una resolución del Consejo Federal, en la que todas las provincias se comprometan a ir avanzando con estas reformas. Los lineamientos ya se vienen trabajando en reuniones mensuales entre equipos de todas las provincias. Además, el plan contempla avanzar en una “escuela de gobierno de política educativa” para funcionarios;en el desarrollo de materiales para directivos y docentes; y en capacitaciones docentes por parte del Instituto de Formación Docente (INFoD).
Río Negro, el caso testigo
Hay un distrito –Río Negro-, que ya viene aplicando su propia reforma de la secundaria, con lineamientos muy similares a los que ahora se discuten a nivel nacional.
Los aspectos más importantes de la reforma:
– Nuevo formato. En lugar de las materias tradicionales, hay siete “área curriculares”: Matemática, Lengua, Ciencias Sociales, Ciencia y Tecnología, Segunda Lengua, Educación Artística y Educación Física. Para el resto de las materias, cada escuela puede elegir su formato, de acuerdo a su proyecto institucional.
– Nueva organización de los docentes. Pasan a ser nombrados por cargos, dentro de una escuela, y ya no por horas cátedra en distintas instituciones. “Los docentes que van de escuela por escuela no pueden responsabilizarse adecuadamente por las tareas en cada colegio”, dice Silva.
– Nuevos criterios de acreditación de los saberes. Los alumnos aprueban por cuatrimestre, con nota siete o superior. Quien no alcanzó la aprobación, no puede seguir la correlatividad en esa área curricular. Pero sí puede seguir en otras. Para los que deben alguna materia, cada escuela debe implementar un modo en que los alumnos pueden recuperar esos contenidos al tiempo que avanzan con los nuevos. Algunos lo hacen con cursos a contraturno y otros trabajando con esos alumnos en forma personalizada en el salón de clase, explica la ministra.
– Comité académico. Cada escuela tiene un “comité académico”, integrado por cada área curriculares, un representante del ministerio, padres y alumnos. “Los alumnos tienen una visión de lo que les pasa a sus compañeros”, dice Silva.