El consumo de carne sigue deprimido, apenas 47 kilos por habitante al año, sin embargo, el precio de este producto esencial en la canasta básica de alimentos de los argentinos no para de subir. Por eso, el gobierno y las cadenas de supermercado acordaron congelar los precios de este producto durante todo el fin de semana largo que concluye hoy. Fue una medida de emergencia frente a la suba del 26% de la hacienda en pie durante lo que va de noviembre y que llevó al kilo de la blanda para milanesas a $1.000.

El Gobierno vinculó la escalada en los valores de la carne a "una baja en la oferta" y a "maniobras especulativas en el aumento del novillo".

Hoy concluye el congelamiento de precios y nadie pueda garantizar que no habrá nuevas subas en el precio de la carne que en lo que va del año aumentó más del 150 por ciento.

En este panorama incierto, y que pone en riesgo la meta de contener la inflación al menos hasta fin de año, activó otra alarma en la Secretaría de Comercio Interior que por medio de su titular, Roberto Feletti, amenazó ayer con subir las retenciones a la carne y de otros alimentos.

"Si queremos asegurar carne, pollo, pan y leche tenemos que desvincular los precios internos de los internacionales", señaló Feletti en una entrevista publicada ayer por el diario Página 12.

Con esta medida buscan "desvincular los precios internos de los internacionales".

Al ser consultado respecto a qué mecanismos se evalúan para desvincular los precios, Feletti respondió: "Dos: el más tradicional de aumentar los derechos de exportación y un alternativo de crear fideicomisos de subsidio cruzado, como sucede en el mercado del aceite mezcla".

"Son acuerdos entre privados por el que parte de la renta exportadora se destina a subsidiar el precio de aquellos que venden en el mercado interno", dijo.

Feletti explicó que el modelo del aceite mezcla es exitoso en términos de precios y para el productor, porque el subsidio para que se mantenga el precio del mercado interno es apenas el 1,9 ciones tradicionales".

Se trata de una herramienta que implementó su antecesor en el cargo, Guillermo Moreno, y que mantuvo frenados los precios de los aceites durante años. A principios de este año, el Gobierno la reflotó y acordó con los exportadores aceiteros. El convenio vence a fines de enero de 2022 y se estima que el Gobierno buscará mantenerla.

Feletti planteó que en comparación con el 2015 actualmente "las retenciones tienen menos peso frente a productos con precios internacionales más altos y, por lo tanto, menor regulación de cupo de exportaciones". "Por cualquiera de las dos vías es imprescindible intervenir porque si no vamos a tener un impacto en el precio de los alimentos más grande que el de ahora con un traslado también a productos de góndola que usan trigo como insumo, como por ejemplo los fideos", agregó.

El secretario de Comercio adelantó que convocarán a todos los actores de la cadena cárnica. Y advirtió que cualquier incremento en el precio de las carnicerías será "retrotraído".

"No sé que va a pasar el martes, porque probablemente los supermercados y carnicerías tengan que reponer mercadería tras el fin de semana largo, pero todo movimiento desmedido que ocurra será retrotraído", señaló Feletti. Y agregó: "Para parar el tema hay que trabajar coordinadamente con Agricultura, que tiene diálogo con los productores para hacer foco en elevar la oferta. Desde Comercio Interior debemos asegurar que esa oferta llegue a mejores precios al consumidor final. Para eso vamos a convocar esta semana a frigoríficos exportadores, mercadointernistas y carniceros", adelantó Feletti.

La respuesta del campo no se hizo esperar. Las Confederaciones Rurales expresaron: "Ojalá el Gobierno no vuelva a cometer los mismos errores". "El problema del precio de los alimentos está en la presión impositiva y en la inflación descontrolada", señaló.