Reclamo en las afueras contra Albino

 

Su paso sigiloso por Tucumán durante la jornada de ayer contrastó con la polvareda que levantó el martes pasado en el Senado, por su discurso sobre prolifaxis sexual y por desaconsejar el uso de profilácticos durante el debate sobre el aborto legal. El pediatra Abel Albino rechazó cualquier tipo de acercamiento con la prensa, y hasta en el desarrollo de la conferencia que brindó anoche en el Hotel Catalinas ante unas 600 personas, los organizadores, el Colegio Santa María, limitaron la labor periodística para preservar el pedido del visitante.

 

Antes de iniciar su disertación sobre “Los cinco pasos para una gran nación”, el polémico médico “rompió el hielo” diciendo: “me pega que me peguen, pero no hay devolución a los ataques”. Así cerró el comienzo de una exposición plagada de ironías y humoradas sobre su vida y comienzos en la medicina. También recordó sus “travesuras” de juventud por la facultad de medicina de Tucumán y algunos compañeros de estudios.

 

En cada paso de los cinco necesarios que abordó para lo que el médico considera una “gran nación”, realizó una crítica objetiva con ejemplos propios y datos estadísticos oficiales, aunque remarcó que él no es político “y mi opinión, por lo tanto, tampoco tiene una carga política”.

 

Reiteró que la pobreza es el peor mal de la democracia. “El pobre no es pobre porque tiene menos plata. Es pobre porque no tiene familia, no tiene ideales, no tiene que comer. El intelecto está dañado y es porque no hay una política que atienda la necesidad fundamental de los chicos que no es el hambre, que se cura en 15 minutos, sino de la nutrición, que si no es contemplada en los primeros dos años del chico le afecta el desarrollo corporal y cerebral”, indicó.

 

 

Según el listado que confeccionó el doctor Albino para llegar a la “gran nación”, hay que arrancar con “preservar el cerebro de un chico”, luego “educarlo”, después instalar redes de “cloacas”, dotar a la pobres de “agua corriente” y “luz eléctrica” para que “no vivan en la oscuridad y tengan agua calientes para evitar la parasitosis” originada por el uso de excusados.

 

Al abordar el tema de la desnutrición, dijo que es “otro cuento”, porque es “otro síntoma, no es como el hambre que se sacia en 15 minutos”. “La desnutrición es una enfermedad individual y social y su tratamiento nos puede llevar una generación, 20 o 25 años; no 15 minutos. Por eso es importante el abordaje integral de la prevención”, añadió.

 

Después de dos horas de exposición, Albino resaltó su defensa irrestricta del matrimonio y de la familia, y recibió un prolongado aplauso de la concurrencia.

 

Fuente: La Gaceta