Prácticamente en la parte final del ciclo lectivo 2021, en el ámbito universitario nos encontramos con una dura realidad. La mayoría de las carreras que se están dictando tanto en la Universidad Nacional de San Juan como en la Universidad Católica de Cuyo por momentos se dictan en forma virtuales y en otros en forma presencial, esto último cuando se trata de hacer prácticas o abordar temas en los que son necesarios los trabajos de campo o estar en contacto personal ya sea entre compañeros o con los profesores.
Transcurridos casi dos años de la pandemia provocada por el covid-19, las universidades se estuvieron debatiendo durante todo este período en las reales posibilidades que tenían de dictar sus clases en forma virtual, para minimizar los riesgos de contagio. Pero lo que en un primer momento se creyó que no ocurriría, es decir que estas casas de estudio no tendrían problemas para la virtualidad, resultó ser todo lo contrario y tuvieron tantos o más inconvenientes que los demás niveles de educación.
Algunos especialistas en educación universitaria consideran que estas casas de estudio han estado abusando de la virtualidad en algunas carreras en las que es muy necesaria la presencialidad para avanzar en sus contenidos, tales como medicina, enfermería, ingeniería, y otras tantas disciplinas que desde la virtualidad no alcanzan un desarrollo pleno o total.
En la segunda mitad de este año se debatió en más de una oportunidad la necesidad de regresar a la presencialidad en el dictado de cátedras. Si bien hubo algunas carreras que recurrieron a esta modalidad para sus clases prácticas, hubo una gran resistencia en los distintos estamentos universitarios y hasta ahora no se ha logrado la plena presencialidad que se requiere en este nivel de enseñanza.
Es lógico que de ahora en más habrá que desarrollar ambas modalidades ya que estamos ante una nueva era donde la virtualidad ha llegado para quedarse. Lo que no puede desconocerse es que tanto la universidad como los demás niveles de enseñanza tienen serios inconvenientes vinculados a la conectividad, ya sea por carencias técnicas u otros tipos de limitaciones. Esto es lo que hace que no haya que olvidar recurrir a la presencialidad para asegurarse el dictado de los contenidos más delicados y asegurar de esta forma que los estudiantes reciban una educación de muy buen nivel, que es lo que los va a distinguir como excelentes profesionales.
