El "Chango" Yacante perteneció a un grupo generoso de talentos, precursores y fructíferos laburantes de la guitarra.

Desde su Catamarca natal llegó a San Juan hace muchos años. Seguramente su piel venía impregnada del perfume de las vidalas y el color agreste de las zambas de don Polo Giménez y Acosta Villafañe (uno no puede sacudirse fácilmente lo que ha mamado, y esos bagajes nos acompañarán de por vida).

Cualquiera puede pensar que al "Chango" le habrá costado amores y dolores, como músico sensitivo que era, encontrar un nuevo lugar entre las cuecas, gatos, tonadas, valses y canciones de Cuyo. Sin embargo, como el agua que se va adecuando entre las piedras para definir su destino, él desde el principio cayó parado en esta región; acá echó raíces e hizo nido en este San Juan al que no se cansaba de agradecer, y lo hacía con la humildad de unas pocas palabras y la contundencia de su música.

El "Chango" Yacante fue un músico nato, como lo fue su hermano que lamentablemente no vivió en San Juan; podíamos apreciarlo como solista o acompañando cualquier ritmo con gran capacidad; acariciaba la viola con la misma finura y prudencia que hablaba de tantas cosas que había vivido y sobrellevado, como todo ser humano que se precie de sensible. Utilizaba la púa o tocaba directamente con las yemas de los dedos; hablaba de la música de Cuyo como el más autorizado cuyano (¿quién puede decir hoy que en los hechos no lo fue?). Los amores se ganan más por seducción y adopción que por influjo de la cuna.

En nuestros comienzos, los guitarristas profesionales que acompañaban a casi todos los artistas sanjuaninos, de cualquier género, eran Daniel Godoy, Distéfano, Ernesto Villavicencio, Ramón Zárate (quien nos enseñó a tocar la guitarra), Herrera, Azcurra, Garramuño, que acompañaban también en la querida Pandilla del Tío Melchor, que durante tantos años de éxito condujo Alberto Vallejo; Pedrito Gómez y Humberto (el Pajarraco) Pereira, que recorrió el mundo con Jaime Torres, y luego se unieron a este numeroso grupo los catamarqueños Yacante y el Payo Silva y nuestro distinguido Ricardo Greguar.

A ese grupo generoso de talentos, precursores y fructíferos laburantes de la guitarra, perteneció por convicciones el "Chango" Yacante.

Durante toda una vida nos regaló su hombría de bien y talento. Integró con el Dr. Víctor Guzzo el Dúo Cuerdas, un original y valioso encuentro musical que incluyó guitarra y charango al servicio del folklore y el tango.

Vino este apreciado artista a hacer huella contra viento y marea, como se hace la Patria; con imaginación, valentía y fundamentalmente pasión y talento; porque los pueblos se diferencian en todo eso que reúne su identidad, que es lo inverso de la imitación que propone el facilismo; empresa nada fácil, propia de la personalidad de los auténticos. El "Chango" nos dio su ejemplo de amor a nuestro terruño; él que no tenía obligación alguna con Cuyo, salvo el cariño que se le prodigó con legitimidad; sin embargo lo adoptó para sus entrañas y para homenajearnos. Hay que preguntarse qué encontró en esta tierra para amar tanto su música, respuesta que posiblemente indicaría el perfil o idiosincrasia que nos distingue y muchas veces no vemos.

 

Por el Dr. Raúl de la Torre
Abogado, escritor, compositor, intérprete