La comodidad es algo muy placentero en una pareja pero hay que cuidar de que no desemboque en rutina y monotonía, dos de los mayores enemigos del deseo sexual. Probar cosas nuevas y atreverse a experimentar es lo mejor que podés hacer para que la pasión no se apague.

 

Entre los varios problemas que debe sortear una pareja, uno de ellos es no perder el deseo del inicio del romance. Esos momentos en los que estar bajo las sábanas era prioridad y saltaban chispas.

 

Si bien es normal que con el correr del tiempo las hormonas ya no estén tan revolucionadas y el número de veces que se practica sexo disminuya, no hay que dejar que la rutina, la cotidianidad y las responsabilidades diarias apaguen la llama.

 

Conseguir que esa atracción reviva requiere de esfuerzo individual y colectivo. Porque a diferencia de lo puede pensarse, el deseo sexual se genera en el punto medio del cerebro y no en los órganos sexuales, por lo que estimular la libido es más un problema emocional que físico.

 

Qué podes hacer

 

Conocete mejor. Si no sabés qué te gusta, no podés recuperar el deseo porque no tendrás herramientas para elaborar estrategias eficientes enfocadas a eso. Tu pareja tampoco conocerá qué te puede excitar, y todo junto crea un problema. Un método recomendable es dejar los prejuicios, miedos y vergüenza a un lado y empezá a experimentar hasta que te conozcas bien.

 

Comunicate con el otro. No escondas tus preferencias sexuales a tu pareja por miedo a ser juzgado. Sé sincero y decile al otro qué te gusta o que querés probar y aventuraros juntos en nuevos mundos.

 

Rompé esquemas. Cuando una pareja lleva un tiempo largo junta se crean unas costumbres que parecen casi inamovibles. Salí de la zona de confort y explorá terrenos que te atraigan.

 

Dejá volar tu fantasía. Incluso antes de probar algo nuevo es bueno imaginarlo, solo con eso ya empezarás a incentivar el deseo. Te entrarán ganas de estar con el otro, de experimentar, de ver de qué modo podés llevarlo a cabo y, sin que te des cuenta, vuelve la pasión.

 

Decile al otro las cosas que te atraen de él. Para que surjan las ganas de tener relaciones íntimas uno debe sentirse sexy y deseado. Elogiar a tu pareja le hará sentirse mejor y le generará deseo.